Este fin de semana he aprovechado para ponerme al día con mis DIY pendientes. Uno a los que más ganas le tenía era darle nueva vida a una camiseta básica de algodón. Tengo una camiseta blanca sin ninguna gracia y un montón de tampones de tinta textiles. La ecuación tenía fácil solución:
CÓMO ESTAMPAR UNA CAMISETA EN CASA:
La camiseta debe ser algodón 100% para que las tintas perduren. Las tintas de Yellow Owl Workshop van genial. Tenía un montón de colores y al final me decidí por limitarlo a negro, turquesa y un toque de amarillo para contrastar. Como sello esta vez usé la goma de un lápiz normal. La goma pequeña y redonda de la parte superior de lápiz es genial si queremos hacer círculos tamaño confeti.
Es importante apoyar la camiseta sobre una superficie plana y ya podemos empezar a puntear la tela. Lo que hice es dar toques cargados de tinta en la parte del cuello. Luego seguía estampado hacia abajo, sin recargar la tinta. Así conseguí que la parte de arriba esté más intensa y parece que el color se va difuminando hacia abajo.
Muy importante después de acabar dar un toque de plancha bien caliente para que la tinta se fije y podamos meter la prenda en la lavadora.
Me encanta el resultado. He de confesar que al principio, cuando lo estaba haciendo, no estaba del todo segura de que sería una camiseta muy ponible. Me dio un poco de miedo que quedase demasiado infantil o ñoño. Por eso usé sólo tres colores que me parecieron más sobrios y creo que el efecto degradado ha ayudado mucho. La cosa es que cuando me la probé, una vez teminada, me sorprendió lo chula que quedaba y me encanta cómo queda. Parece una camiseta blanca con un collar-joya como tanto se llevan ahora.
Creo que puede ser un regalo de navidad genial para amigas y hermanas.
¿Qué os parece el resultado? Es increíble cómo algo tan sencillo puede quedar tan bien, verdad?
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