Pero claro, hay quien sostiene que bloquear una prenda de punto es del todo innecesario. Una perdida de tiempo y energías. Y mas si usas lanas buenas, que con un agüita y una planchita por el revés ya quedan estupendas.
Y claro, a una la han enseñado a respetar a sus mayores, a ser educada y escuchar con atención porque oye, podrías aprender algo valioso. Claro que eso no implica que ese ser impartidor de perlas de sabiduría tenga razón, o sepa de que habla.
En fin, que la buena mujer me inspiró, y decidí darme un homenaje, y de paso comprobar la flexibilidad de una suri ma-ra-vi-llo-sa.
Pongamos como ejemplo la prenda de las imágenes. Antes de bloquear estaba arrugadita y fofa que no le entraría ni a una muñeca repollo.
Pero tras un encuentro breve aunque apasionado con unas varillas de de acero, y unos cuantos alfileres colocados estratégicamente...
...el resultado salta la vista.
El punto calado se ve con claridad, la pieza ha crecido un montón, el hilo es mucho más suave y esponjoso..., para que seguir! Está claro que bloquear la pieza resulta imprescindible.
Aún no tengo patrón para esta preciosidad. Lo tengo en tareas pendientes :)