Son originarios de la nación nativa india de Norteamérica de Ojibwa aunque después se extendieron a otros pueblos nativos, y ahora se fabrican, exhiben y venden por todo el mundo. Según la creencia popular, filtran los sueños de las personas dejando pasar sólo los sueños y visiones positivas que se quedan con uno y atrapando las negativas (pesadillas) en la malla, que después se desvanecen con el primer rayo de luz del amanecer.
He visto muchas versiones expuestos en diferentes sitios y siempre me han llamado la atención.
Tradicionalmente se cuelgan en la cabecera de la cama y allí es donde tenemos el que yo he fabricado con mucho cariño para mi hijo.
Es un modelo multicolor porque tiene la misión de quedarse sólo con los mejores y más divertidos sueños, y espero que la cumpla con agrado.
La fabricación es sencilla. Se puede hacer sólo con un aro grande o con varios como éste.
A falta de madera de sauce utilicé una pulsera de plástico para el aro grande y tres arandelas de cortina para los pequeños, una un poco mayor y dos más pequeñas.
Los aros se cubren dándoles vueltas todo alrededor con hilos (como mi versión en diferentes colores con hilos de bordar), cordón o tira de cuero. Es laborioso para cubrirlo todo pero sencillo. Los extremos los pegamos con pegamento.Podemos hacer primero este paso o primero la red y después cubrir el borde. Yo hice 2 de cada, es más trabajoso cubrir el borde una vez que tenemos la red hecha porque tenemos que esquivarla pero logramos esconder las uniones de ésta con el aro (todo tiene sus pros y sus contras).
La red se puede tejer más floja o más apretada, lo decidimos en la primera vuelta, al poner el nº de bucles iniciales, porque las siguientes van sobre ella. Se teje desde el círculo de afuera hacia el centro.
Enhebramos un hilo de 1,5 m aprox (mejor que sobre) y lo vamos enganchando varias veces sobre el borde como veis en la foto, con bucles que formarán los aros iniciales de la red. Se empieza anudando el hilo al aro y después simplemente se pasa por debajo y por el centro, se saca por fuera del aro para arriba y se vuelve a meter hacia abajo por detrás de la hebra y por el centro del agujero que queremos formar. Tensamos y repetimos tantas veces como arcos queramos. Los retocamos para que queden de un tamaño uniforme todo alrededor y al final cerramos en el nudo inicial tensando.
Cuando pasamos a la siguiente vuelta, más interior, tenemos que comenzar en medio de un arco (damos una media puntada sobre el hilo) para hacer los agujeros alternados con los primeros y que vaya saliendo la forma de red estrellada. Repetimos los bucles según la explicación toda la vuelta.
Hebra por debajo, se saca por fuera del hilo del arco anterior hacia arriba (lo mismo que hicimos sobre el aro, pero ahora lo hacemos sobre el hilo de la vuelta anterior, y alternando los sitios donde se hace el bucle).
Y después se introduce hacia abajo por detrás de la hebra, por dentro del agujero previo para formar un triangulo nuevo al tensar.
Simplemente se van formando bucles pero al tensar toda la vuelta y rematar la última puntada se sostiene la forma. Repetimos hasta llegar al centro y conseguimos una red estrellada.
Aquí veis como en dos comencé forrando el borde y en otros dos comencé por la red. Luego me tocó completar la segunda parte. Es más sencillo hacer el borde primero.
Se pueden incluir abalorios en las intersecciones y es muy típico que lleve una piedra en el centro.
Una vez finalizado se monta uniendo las piezas e incluyendo la ornamentación que más nos guste. Suelen llevar plumas colgando, cintas de cuero y abalorios.
Como colgador una cinta de cuero.
Aquí os muestro unas imágenes más cercanas de los detalles:
Y que ningún niño (o no tan niño...) se quede sin su atrapasueños.