Ideal para colocarlo en el jardín, para que se luzca y el viento lo mueva, queda muy bien también en una ventana o recibiendo en la puerta de entrada de nuestra casa.
MATERIALES:
Dibujo de Mandala
Vidrio
Pistola Caliente y Barras de Silicona
Aro Plástico
Puntillas y cintas
Pintura blanca en aerosol
Hilo de algodón y cuentas de plástico
Páginas para bajar dibujos de mandalas:
https://dibujosparacolorear.gifmania.com/Dibujos-mandalas/Dibujo-mandala-facil.htm
http://a1group.co/mandalas-faciles-196-dibujos-de-para-colorear-f-ciles-y-dif-c3-a1ciles-12.html
http://yusong.info/pages-a-colorier-faciles-pour-les-enfants/pages-a-colorier-faciles-pour-les-enfants-mandala-facile-pour-a-mandalas-mandala-mandalas-pour-colorear-para-adultos/
http://www.juegosdeanimales.com.es/mandalas-para-colorear-faciles-de-hacer/
Vamos a partir de un dibujo de un mandala, que sea muy simple ya que solo nos va a servir como guía.
Necesitaremos también un aro, yo emplee éste de plástico que lo compré en una mercería y mide 18 cm, pero los hay de distinto tamaño, por lo que ustedes deberán adaptar el dibujo al aro que consigan.
Por otro lado vamos a necesitar un vidrio. Colocamos debajo de éste el mandala, y sobre el vidrio una gotitas de aceite para bebés o el que tengan y lo distribuyen por todo el tamaño del dibujo.
Conviene sujetar el dibujo por detrás con una cinta de papel para poder girarlo y que no se mueva.
Con la pistola de calor comienzo a realizar la copia de las líneas del mandala, lo más parejo que puedo.
A medida que avanzo giro el vidrio para trabajar más cómoda.
Yo comencé con los círculos y sobre éstos las otras líneas que parecen hojas.
Es importante que sean dibujos simples, líneas fáciles de hacer porque el trabajo con la pistola de calor no nos permite hacer detalles pequeños.
Cuando terminamos, si el motivo no llega hasta el aro le haremos con la misma silicona unos alargues que van a formar parte también se la malla y que son los que nos van a permitir sujetarlo al aro, para ellos volvemos a presentar el aro por encima para comprobarlo.
Una vez que se enfrió la silicona y lo podemos despegar del vidrio y eliminamos los hilitos que se van formando a medida que trabajamos.
Llego el momento de pintarlo, para eso utilicé pintura en aerosol de color blanco, rociándolo y cubriendo todas sus partes.
Si no tienen pintura en aerosol pueden probar con pintura acrílica pero pasada con una esponja.
Pinté de la misma manera el aro de plástico. Deje secar ambos.
Para la terminación recorté de igual tamaño cintas y puntillas blancas, que es lo que tenía y quería mantener el color blanco.
Las voy a pegar por la parte posterior para lo que doy vuelta el aro para que la parte blanca quede por el frente.
Para pegarlas utilizo la misma pistola de calor y voy intercalando los trozos de cinta y puntillas a gusto.
Cuando termino con ésta parte lo doy vuelta para ver si está a mi gusto y en el extremo opuesto voy a atar un hilo para sostenerlo.
Emplee un hilo de algodón al que até con un nudo y lo sujeté desde el nudo al aro con la silicona caliente.
Y a éste hilo como adorno le enhebré unas cuentas de plástico blanco que saqué de un collar. Para que no se muevan entre las 2 últimas coloqué silicona caliente.
Ahora el centro, ya está seca la pintura del mandala, la despego con cuidado y retiro de nuevo los hilitos de silicona que me reveló la pintura blanca.
Ubico al aro por detrás, lo presento para determinar su posición y de los extremos que había agregado y con la pistola de calor los pego, primero de un lado y luego por su extremo opuesto, para poder estirarlo y que quede firme.
Leyenda del AtrapaSueños
Una leyenda de los indios americanos cuenta que había una mujer araña llamada Asibikaashi que cuidaba a la gente de la tierra, inclinándose sobre las cunas y las camas de los niños mientras tejía una fuerte telaraña capaz de atrapar todo lo malo entre sus hilos y hacerlo desvanecer al amanecer.
Cuando su pueblo se dispersó por América del Norte, le comenzó a resultar muy complicado cuidar a todos los niños, por lo que las madres y abuelas tuvieron que comenzar a tejer redes que atrapan los malos sueños y las pesadillas, protegiendo así a sus niños.
Tradicionalmente, los Ojibwa construían los atrapasueños atando hebras de sauce alrededor de una argolla circular de unos 9 centímetros o con forma de lágrima, resultando una red similar a una telaraña, fabricada a mano con fibra de ortiga teñida de rojo.
La antigua leyenda de los indios ojibwa cuenta que los sueños pasan por la red filtrando y deslizando los buenos sueños a través de las plumas hasta llegar a nosotros. Los malos sueños, sin embargo, son atrapados en el tejido y mueren con el primer rayo de luz del día.