Todo esto se suma a la enfermedad de mi madre, diagnosticada poco más de un año antes de la partida de mi padre, esa enfermedad tan cruel que afecta a la memoria de toda una vida...
En fin, perdonad este prólogo, pero os tenía que dar una explicación del porqué me fuí sin decir adiós, si es que aún queda por aquí alguien que se acuerde de mi... jeje!!
Bueno, cambiando de tercio, durante todo este tiempo no he tenido ganas ningunas de hacer nada y eso incluye mis hobbies. Sólo pensar en coger mis servilletas y pinceles me cansaba y la inspiración hizo las maletas hace tiempo...
Hasta hace varios meses, en que me hicieron un encargo de cuatro malmas iguales al último que publiqué, exactamente iguales, tres para niñas y uno para niño.
Tengo que decir que la chica que me los encargó ha tenido más paciencia que el santo Job, porque he tardado varios meses en mandárselos. La desgana se adueñó de mi y siempre lo dejaba para mañana...
Por fin los terminé, son los de las últimas fotos (hechas con el móvil) de Darío, Claudia, Ángela y Candela.
Los acompañé de unas letras de madera de las iniciales de los bebés, decoradas con servilletas y terminadas con barniz brillante, un detallito por la tardanza.
Luego me han vuelto a hacer otro encargo de dos malmas infantiles más, para otras dos nenas, Jimena y Meritxell, que los mandé ayer mismo.
En estos he tardado menos pero así y todo, no estoy todavía al 100% de ganas ni de inspiración, lo reconozco.
Espero no tardar tanto en publicar de nuevo, a ver si las musas han vuelto para quedarse...