En esta ocasión, lo único que me dijeron que tenía que poner fue la frase (preciosa, por cierto), todo lo demás quedó en mis manos...
Le encargué a mi marido que confeccionara el cartel. Él lo cortó, le dió forma y un buen lijado.
A continuación lo pinté como normalmente hago: una mano de gesso color chocolate, una pasada de vela por varios sitios, una mano de pintura color champagne y nuevamente lijado, haciendo hincapié en los bordes.
La servilleta elegida, después de mucho buscar, fue esta por varios motivos: el fondo se asemeja mucho al fondo del cartel y tiene ese toque romántico que quería darle para acompañar tan bonita frase.
En la esquina superior derecha intenté imitar las flores de la servilleta. Pinté en varios colores entre verdes y ocres el macizo y con blanco, rosa y púrpura pinté las rositas.
La letra la pinté con mi favorito para estos casos: el color Gris piedra de Decorfin, aunque a pesar de su nombre, es un marrón oscuro.
Sombreé en rosa pálido y le di brillo con blanco y un toque de púrpura.
Una mano de barniz satinado en spray y listo.