Ahora las veinte rosas recibidas en este tiempo, se encuentran durmiendo entre las páginas de la enciclopedia, desde la A de Amor hasta la V de viaje, secas, todavía rojas. Este años mi amiga no recibió su rosa esperada, en su lugar le llegó un sobre con semillas sin nombre.
Ella dice que su amado se cansó de esperarla y las semillas ponen la rúbrica y el punto final a tan larga historia. Las ha plantado en espera de ver pronto su especie. Llora y se lamenta por no haber partido con él.
Yo creo que la ama todavía, tanto, que las semillas simbolizan ese amor de profundas raíces que mi amiga verá crecer en su tiesto. Siento que él se acerca más a ella… quizá pronto se encuentren, cuando las semillas den sus mejores flores. El futuro nos depara grandes sorpresas.
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