La visita a la tienda tuve que hacerla de dos veces. Cuando entré la primera vez, diez minutos antes de la hora de cierre, me di cuenta que no sería suficiente. Así que decidimos volver a hacer dos horas de carretera desde Moal hasta Avilés para verla en condiciones. ¡Y no me decepcionó! Todo lo contrario. Recomiendo a toda la que tenga la oportunidad, que vaya a visitarla porque no le va a defraudar. Si además eres una fanática del country, es perfecto para tí.
Durante la visita me llamó la atención un soporte circular de madera con una especie de corcho. ¡Era un alfiletero enorme! Estaba preparado para hacer con él lo que quisieras, desde casitas, a la técnica crazy, log cabin, … cualquier cosa que se te pase por la cabeza. Lástima que el espacio en mi maleta escaseaba, porque me hubiese gustado traer alguno más.
Desde ese día andaba pensando cómo lo podía hacer y no daba con la técnica. Obviamente quería hacer algo original y diferente a lo que vi en la tienda. Ellas usan muchas telas de lana que yo no tengo y nunca he trabajado, así que la diferencia en los estilos iba a ser evidente. Pero como este verano he empezado a practicar aplicaciones con puntada escondida pensé, ¡eso es! ¡lo haré así!
Así que busqué, con la ayuda de Tony que siempre me rescata cuando estoy bloqueada, un dibujo que me sirviera de molde. Y por supuesto, el protagonista sería un gato, ¡como no! Aquí tienes el boceto de lo que es el fondo del dibujo, una ventana desde la que se ve la luna y en el suelo un gato que mira hacia la venta. ¿Lo intentamos? ¡Vamos allá!
Antes de seguir debo decirte que uso la técnica del appliquick pero no sus instrumentos, es decir, no tengo sus palillos, ni su fliselina o los hilos especiales y aunque de momento uso pegamento para aplicaciones, puede que cuando se acabe me pase al pegamento de barra. Digamos que son aplicaciones lowcost pero una vez terminadas no se nota la diferencia. ¡Que no nos eche para atrás la cuestión económica!
Bueno, después del inciso, seguimos. Ahora que ya tenemos el dibujo claro, vamos a empezar a sacar cada una de las piezas en la fliselina de doble cara. Hay tantas fliselinas diferentes que elegir se puede convertir en una locura. La que yo uso es una muy suavecita, como papel vegetal, que viene muy bien para estos trabajos. Recuerda que si tu dibujo no es simétrico debes calcarlo al revés o te quedará invertido.
Una vez lo tengas calcado y si las piezas son muy pequeñas, puedes asegurar la pequeña lámina que contiene el pegamento con un alfiler. Aunque no siempre es necesario, yo he tenido que hacerlo, sobre todo en las piezas más pequeñas..
¿Qué hacemos ahora? Recortamos con mucho cuidado cada una de las piezas y las planchamos en la trasera de la tela que vayamos a utilizar. No las pegues todas juntas, debes dejar un pequeño sobrante de tela que será el que metamos por detrás.
Uno de esos pequeños truquitos que tiene esta técnica es que debes hacerle a la tela unos pequeños cortes que te facilitarán el trabajo. Solo cuando una pieza es cóncava, es decir, que gira hacia el interior de la pieza (la parte interior del rabo, la unión de las dos orejas o el interior de las patas).
A continuación aplicaremos pegamento de barra en la trasera de la pieza, en la que aún está el papel, para a continuación comenzar a pegar las piezas.
Usaremos unos palillos de madera, de los que se usan para hacer la manicura. Con uno de ellos sujetamos la pieza y con el otro vamos girando la tela, siguiendo la forma del papel.
Debes tener paciencia, yo llevo muy poco tiempo practicando y aún me queda mucho por perfeccionar. De lo que se trata es de evitar que salgan picos o que las curvas no sean uniformes. Pero ya sabes, poco a poco.
Ahora que ya tenemos todas las piezas terminadas, lo que tenemos que hacer es buscar los hilos que más se asemejen a los colores que hemos utilizado. Siempre al color de la pieza en cuestión y no al fondo que estemos utilizando.
Ya tenemos todo listo para empezar. Nuestro alfiletero, al que Tony le dió un barniz color wengué precioso; las piezas para aplicar; el fondo sobre el que aplicar y todas las ganas del mundo.
¿Cómo lo cosemos? Empezando por la trasera de la tela, donde habremos planchado la pieza que vamos a aplicar. Si todo va como debe, tendría que quedarse pegada, pero si por su tamaño no lo hace, lo solucionas colocando unos alfileres. Coge una hebra y pasa la aguja hacia arriba (totalmente vertical) justo por el borde, muy pegadito. Saca todo el hilo, como si fueras a hacer un pespunte y vuelve a introducir la aguja por el mismo punto, y por la trasera vas avanzando. Es como si hicieras un pespunte por la trasera y no por delante (prometo ponerme al día con los videos para intentar hacer un tuto con la puntada para que la entiendas mejor). La clave es subir y bajar en el mismo punto.
Haz uso de toda la paciencia que tengas y vete despacito, verás que te va quedando muy bien. ¡Ah! ¡Otro truco! si te quedó algún piquito o una esquina que no te ha convencido, puedes ayudarte de la aguja para empujarlo hacia el interior.
Contarte que aproveché una pequeña visita que hice a casa de mis padres para celebrar mi cumpleaños y enseñé a mi madre esta técnica, por eso verás que las manos cambian de una foto a otra. Además, tuvimos un problema con una de las piezas de la luna. Era tan pequeñita que se nos perdió y no había llevado el material suficiente para hacerla de nuevo. Así que finalmente decidimos coserla a festón y aplicar una técnica más a este alfiletero.
Ahora que ya tenemos todas nuestras piezas cosidas y que incluso hemos puesto un pequeño bastidor a modo de cuadro, con una L de Lulú bordada, vamos a montar el alfiletero. Usaremos alfileres de los cortitos que aprovecharemos para sujetar la tela en la parte inferior, estirando todo lo que podamos para evitar que se puedan quedar pliegues o arrugas en la parte visible. Por detrás debes ir haciendo unos pliegues que te permitan dejar un acabado perfecto.
Ayúdate poniendo algunos alfileres en la parte visible del trabajo para evitar que se te pueda mover. De esa forma las aplicaciones irán en el lugar exacto que habías elegido. Una vez hecho ya solo te quedará poner un piquillo o cualquier otra tira bordada para decorar y ¡aquí lo tienes!
El resultado me encanta y aunque en el boceto los cuadrados de la ventana eran perfectos, en la realidad no. Y aunque pude haberlo corregido, creí que quedaría más bonito con las imperfecciones. ¡Ya nos tocará hacer otros trabajos que tengan que ser cuadrados al milímetro!
En realidad creo que no usaré mucho el alfiletero, me da mucha pena que se estropee y tengo ya otros dos que uso muchísimo para llevar de aquí para allá. Aunque para decorar queda precioso, ¿no crees?
He pensado que próximamente podría hacer algún tutorial con alguna pieza algo más grande para que puedas ver mucho mejor como hacer las aplicaciones a puntada escondida. ¿Qué te parece? Eso sí, el próximo tutorial ya lo tengo en la cabecita y es algo que tenía muchas ganas de hacer desde hace un tiempo. Me voy a liar la manta a la cabeza y aprovechando las telas preciosas que me traje de Asturias empezaré a hacerlo hoy mismo para traértelo cuanto antes.
Te dejo por hoy, nos leemos muy pronto.
¡Besos costureriles!
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