Uno de los básicos de costura es el alfiletero (también llamado acerico, pero oye, que esa palabra a mi me suena raruna, como del siglo XIX, así que lo llamo alfiletero). Es muy necesario tener uno, ya que te sirve para tener controlados tus alfileres, agujas, imperdibles, clips… de forma segura y siempre a mano.
Puedes comprar uno en tu mercería de barrio o puedes hacerlo tú misma, al tamaño que necesites y con tus telas favoritas, así que si optas por esta opción, aquí te dejo un paso a paso para que te lo montes como prefieras.
Medidas
Lo primero que tienes que hacer es elegir una tela bonita, que puede ser un retal porque sólo necesitarás cortar dos cuadrados de 12×12 cm. Una vez elegida, busca un trozo de 20 cm de biés acorde con la tela elegida (puede ser liso, estampado…como prefieras!) y relleno de cojín. Recuerda utilizar un hilo de color acorde a la tela y tantos alfileres o clips como necesites.
El biés lo vas a utilizar para hacer una especie de agarre, donde podrás poner tus clips o pinzas que tanto están de moda y tan útiles son. ¡Yo estoy super in love con los míos! Así tendrás en el mismo alfiletero todo lo que necesitarás en tus labores. Para hacerlo, dobla el biés por la mitad, a lo largo, y haz un pespunte a unos 2 mm del borde. Para que no se te mueva, puedes plancharlo, hilvanarlo o fijarlo con clips/alfileres.
Colocar las partes
Ahora es momento de montar las piezas para coser el acerico (¿no os suena como en “El Secreto de Puente Viejo“?). Coloca primero un cuadrado de tela con el derecho del estampado hacia arriba, luego el biés plegado por la mitad, fijado con un alfiler, más o menos a la altura de la mitad del cuadrado. Por último el otro trozo de tela con el derecho hacia abajo (ambos derechos deben estar enfrentados). Haz un pespunte por todo el borde dejando una abertura de unos 3 o 4 cm, por donde darás la vuelta a la labor. Ojo, yo lo cosí a máquina, pero esto puedes hacerlo a mano sin ningún problema.
Es hora de cortar las esquinas y el sobrante del biés, así el acabado en ellas será mucho mejor al no tener tela de más. Dale la vuelta a la labor con cuidado, sacando bien las esquinas y plánchalo si es necesario.
La plancha es la segunda máquina de coser, te ayudará a asentar costuras y también hace más fácil el cerrar luego la abertura.
Rellenar el alfiletero
Ahora, con relleno de cojín (yo utilizo el de fibra hueca de poliéster) ve almohadillando el alfiletero hasta que esté muy bien lleno. Esto es importante, no escatimes en el relleno. Si no tiene suficiente, la punta de los alfileres puede salir por el lado contrario y pincharte. Así que asegúrate de meter todo lo que quepa hasta que esté bien prieto.
Para acabar, cierra la abertura con puntada escondida, con puntos muy juntitos para que no se salga el relleno, y con un hilo de color acorde a la tela (o si no, se verá un poco parche, la verdad).
Ya está listo, has hecho un alfiletero muy sencillo pero esto es la base para hacer luego cosas más complejas: combinando varias telas, tamaño XXL o con formas divertidas. Yo tengo varios alfileteros y sí, uso todos a la vez. Soy un poco maniática y tengo uno para alfileres pequeños e imperdibles, otro para alfileres de quilting, otro de viaje… Pierde el miedo a coser, prueba a hacer varios y regálalos a tus amigas costureras.
Este en concreto se lo regalaré a mi madre, a juego con una funda para su máquina de coser, seguro que le hace mucha ilu.
Si tienes alguna duda puedes dejar tu comentario aquí abajo y te respondo en seguida. Y recuerda, hasta el próximo tutorial, ¡practica el costureo!