Voy observando lo que hacen mis alumnas y lo que va creciendo en mis agujas. Pero haciendo repaso de la semana, he constatado que el martes lo dediqué a dibujar el nuevo poncho que tengo en mente (el mío) y que el miércoles, no sé muy bien si por ser entre semana o porque estaba agotada, entre el descanso, el café de la merienda, las risas, el preparar la tarea para el “finde”, apenas pude dedicarles media horita. Resultado, apenas he tejido unas cuantas vueltas.
Ayer me hubiera gustado acercarme a El Corte Inglés y otra vez me quedé con las ganas (es lo que tiene ir por obligación y no por placer). Ahora que en cuanto cambien las tornas saco tajada, fijo.
Calcetín versión erizo de mar.
Swapetines 2015: I, II