Cuando la vi me llevó a mi niñez. Mi madre y sus amigas se reunían en la calle, mientras los niños jugábamos, ellas con sus sillitas y sus cestos de labor remendaban la ropa .
Tenía toda la enea rota y la madera con bastantes desperfectos. Un poco de tiempo, masilla y como no, lija y empezó a parecer otra cosa pero sin asiento.
Lo primero sacar un molde para cortar en madera el futuro asiento de mi sillita.
Cortar la madera y con el mismo molde la gomaespuma.
Unir con tornillos el asiento de madera a la silla.
Pegar y grapar la gomaespuma a la madera del asiento.
Y a tapizar, como es habitual reciclando. En esta ocasión la silla pedía a gritos una tela acogedora y utilicé una vieja chaqueta de punto de mi madre que ya no usaba.
Estoy pensando en hacer un cojín con lo que ha quedado de la chaqueta, los dos delanteros. Me gustaría dejar los botones pero tengo la duda de si se calvarán en la espalda, bueno no sé, haré una prueba.
No sé si tú tienes algo que opinar y me ahorro la prueba ¿?
Pegar el galón de adorno y volverla a la vida que como soy como soy, me va a encantar recuperar la costumbre de coger el cesto de labores y utilizar de nuevo esta pequeña silla.