¿Conocéis a Pumpkin?
Seguro que sí. Si os gusta esto de los amigurumi es imposible que no lo conozcáis porque es un patrón archifamoso en el mundillo.
Y si seguís a Ana de Mis Pequicosas, lo habréis visto en mil y una versiones. Lo ha hecho un montón de veces y nunca me canso de ver lo bien que le queda. Es una artista. ¿No los habéis visto? Pues nada, eso hay que remediarlo, no podéis dejar de ver los Pumpkin de Ana.
Yo no tengo tanta experiencia, es la segunda vez que hago este patrón. No sé si habréis visto a Pampi. Él fue el primero y ocupa un lugar especial en mi corazón .... y en mi despacho. Lo tengo a mi lado en una estantería, rodeado de calabazas, supervisando todo lo que hago mientras trabajo.
Pues aprovechando que repetía patrón me animé con el detalle que omití la primera vez. ¿Os acordáis de que os lo conté? Hay algo que se me resiste, yo lo intento y lo intento, peeeero no siempre lo consigo. ¿Sabéis de qué os hablo?
¡Eso es! ¡La línea blanca de los ojos! Al primero no se la puse, no lo conseguí. Intenté ponerla una vez colocados los cierres de los ojos de seguridad y no hubo forma humana de que la aguja pasara por donde tenía que pasar para hacer esa línea blanca.
Ana hace el blanco de los ojos antes de colocar el cierre de seguridad, dice que es mejor hacerlo después, pero yo no lo tengo tan claro. Vale que es algo que a mí no me suele quedar bien, ni haciéndolo antes ni haciéndolo después. Esta vez probé a hacerlo antes de colocar los cierres, no está perfecto, pero bueno, al menos esta vez el conejito lleva el blanco de los ojos. Un ojo quedó algo más regulero que el otro, pero os pongo un primer plano para que veáis que ni tan mal, oye. Aunque la verdad es que ni con este primer plano se aprecia bien el resultado final.
Os aseguro seguí el mismo patrón y utilicé el mismo hilo y la misma aguja para hacer lso dos conejos, pero cuando terminé este segundo Pumpkin no podía creerme lo diferente que era del primero. Como lo tengo en casa pude comparar bien.
No hace falta que busquéis las fotos de la entrada anterior, ya os los enseño yo juntitos.
Pero ¿cómo es posible que hayan quedado taaaaan diferentes? El primero es super cabezón. Se ve que todo lo que come le va a la cabeza y no a la tripa, el segundo quedó algo más tripón, pero con uan cabeza redondita la mar de estilizada.
Esto ya me había pasado con Rosalía. ¿Os acordáis? A pesar de usar el mismo hilo, la misma aguja y el mismo patrón los muñecos nunca salen iguales. Es un hecho y ahí reside la magia de lo hecho a mano, siempre es único.
Pumpkin está tejido con "Eco Luna" de "Valeria Lanas" y aguja de 3 mm. No os puedo decir cuánto mide, se me olvidó medirlo y lo he regalado, pero bueno, ya veis que es ligeramente más bajo que el primero y ése mide 28 cm aproximadamente desde los pies a hasta la puntita de las orejas.
El patrón del conejo Pumpkin es de Kristy Black, Lulu Loves the Moon, es de pago y está en inglés. el patrón está muy bien explicado y el conejito se hace del tirón, sin pensar, casa todo a la perfección. No hay que hacer ajustes de ningún tipo. Da gusto cuando todo va sobre ruedas y puedes disfrutar de tejer sin preocuparte de nada más.
Creo que no me dejo nada. Ya os hablé del hilo, del patrón, de las diferencias con el anterior, ..., ya sólo me queda dejaros con el reportaje fotográfico. Esta vez aproveché mis calabazas como atrezzo y he estado jugando un poquito con el editor.
¿Qué os parece el conejito jardinero? Rastrillo en mano limpia todas las hojas del suelo. ¿Habéis visto lo despejado que está el suelo?
Enlazado con: Handmade Monday #304, The Really Crafty Link Party #341, Wednesday Link Party 479
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