Estos que ves originalmente eran fundas de almohada de nórdicos de Ikea. El de cuadros y el de rayas azules y blancas los compré sueltos y el de rayas de colores era del nórdico con el que hice el tipi indio que te enseñaba hace un par de semanas (aquí).
Los tengo puestos en el sofá y me gustan porque no tienen ni la tela ni el estampado que se suele ver en un cojín.
Recuerdo que la idea de ponerles las borlas se me ocurrió cuando vi los de la foto número dos en esta selección hecha por la diseñadora textil Rebekah Guinda (aquí). Me gustó todo: cómo quedaban con ellas y la combinación de colores.
Y para rematar encontré un post en el blog Rocco en mi sofá que hablaba de lo mismo. No me lo pensé dos veces y me lancé a hacer las borlas siguiendo este tutorial. ¿Y sabes una cosa? Que me ha gustado tanto el resultado que los próximos que compre pasarán por el mismo proceso.
En los tres modelos voy a empezar enseñándote la funda para que veas cómo estaba originalmente, luego las borlas y por último cómo quedaron después de coserlas, para que tengas el paso a paso completo de la transformación.
El primero es este de cuadros grises. Lo compré porque el estampado es sufrido y eso en mi casa es un valor en alza, pero también es soso hasta el cansancio. Pensé que ya que estaba podía meterle un poco de marcha con los colores, por eso escogí un coral y un mint, que además de contrastar con los cuadros, son dos de mis colores favoritos:
¿Qué te parece el resultado? A mí me gusta todo, los colores y el contraste que hacen con el gris.
Este de rayas de colores es tan alegre que la pizca de gracia se la dí con el tamaño de las borlas, que hice mucho más largas de lo habitual:
En los próximos días te traeré el tutorial para que aprendas a hacerlas.
El último que añadí a la colección es este tan marinero de rayas azules y blancas. Es más pequeño y cuadrado que los otros dos, por eso en lugar de poner las borlas a los lados las cosí a las esquinas de tres en tres:
Es el favorito de la niña porque dice que le recuerda a uno que sale en La Bella y la Bestia.
Aquí tienes los tres juntos:
A mí me gustan sobre todo por los colores, tan vivos y tan alegres y que contrastan entre sí. Ni siquiera me hace falta cerrar los ojos para imaginármelos en una terraza o en una hamaca o en una tumbona, donde sea pero invitando a echar una siesta muy larga apoyada sobre ellos.
Y tú, ¿Te animas a personalizar tus cojines?
¡Pasa un feliz martes y una noche mágica de San Juan!