Le apetecía llevar algo pequeño con lo que estar cómoda toda la boda. Entonces, aquí entra el papel de las hermanas, le propuse hacerle un peinecillo. Desde el primer momento me dijo que sí, solo tuvo que decirme de que color quería que lo hiciera.
Me puse manos a la obra y con hilo de alpaca y esmalte hice las flores. Cuando las tuve todas las uní a un peinecillo que teníamos en casa. Podéis ver cual fue el resultado y lo guapa que estaba el día de la boda.
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Un beso, Eugenia.