Está elaborado sobre fieltro azul.
Recorté dos formas de nube que después solapé en parte para dar volumen.
Marqué sobre ellas las líneas del mosaico para guiarme por donde iba a bordar. No es necesario seguir ningún patrón fijo porque las formas de los mosaicos originales también son trozos irregulares de piedras que se van intentando encajar lo mejor posible pero no lo hacen a la perfección.
Para el bordado escogí 5 colores de hilo de bordar que fui combinando de forma que nunca coincidieran. Una vez relleno todo el interior, repasé el borde con puntada atrás, una en naranja y otra en azul.
Por detrás pegué con silicona caliente otra capa de fieltro siguiendo el perfil completo de las dos nubes superpuestas. Así se consigue mayor consistencia y se esconde el revés de la labor. Al apretar para que se adhieran las dos capas le damos un poco de forma curva.
Por último, lo fijamos a una base metálica de pasador de pelo, también con ayuda de la pistola de silicona. Estas bases se consiguen en bazares, mercerías y tiendas de productos para bisutería.
Otra idea para recoger el pelo este verano.
Espero que os guste.