Yo no soy ninguna experta en informática, lo admito. Siempre digo, con ciertas reservas, que me defiendo más que la media de mi entorno (de hecho, lo de tener un blog ya me convierte en la rarita de mi entorno, para que te hagas una idea). Pero de vez en cuando me pongo a manipular cositas de las que no tengo ni idea y fastidio algo que no tiene vuelta atrás (la flechita esa de deshacer se esconde o directamente se ríe de mí en mi cara), y entonces toca perder muuuuucho tiempo arreglando el estropicio.
Eso me pasó hace poco con las imágenes del blog: me puse a borrar cosas en el Google Drive y de pronto me di cuenta de que había borrado tooooodas las imágenes del blog (desde 2009) y que me tocaba volver a subirlas todas una por una. Suerte que las tengo guardaditas.
Sin embargo, esta vez puedo decir que no hay mal que por bien no venga, ya que el tener que revisar y subir todas las fotos me dio una visión retrospectiva de lo que eran mis inicios en el mundo de la arcilla polimérica y lo que he evolucionado en los años que llevo trabajándola. Me estuve debatiendo seriamente entre si volver a subir al blog aquellas imágenes de mis inicios o aprovechar la coyuntura para ocultarlas de los ojos de la humanidad. Y se me ocurrió una cosa mejor: esta sección que comienza hoy, y que he llamado Reconstrucciones.
Se trata de reinterpretar esas piezas de mis inicios, volverlas a hacer desde la experiencia que tengo ahora y adaptarlas a las tendencias actuales (dentro de mis posibilidades). Intentaré publicar una reconstrucción por semana, en principio los viernes (aunque empiezo en sábado porque ayer fue fiesta), acompañadas por vídeos en aquellos casos en que sea necesario explicarlas con un tutorial.
Empezamos hoy con unos sencillos pendientes con textura que datan de 2009. En este caso no es necesario vídeo tutorial porque no tienen ninguna complicación: se trata de texturizar una lámina de arcilla y cortar las formas con una cuchilla flexible. En este caso, para darles un toque actual y destacar la textura, apliqué un poco de Pearl Ex dorado. La textura empleada es totalmente casera: un trozo de tela de tapicería gruesa de un sillón. Fue la misma que utilicé en las piezas originales.
Ahí va el antes (con marca de agua casera incluida, jeje):
Y la versión 2.0:
Para mí no hay color. ¿Qué te parece? Puedes dejar tu opinión en los comentarios, acepto todo tipo de críticas, tanto positivas como negativas (porque admito que, al menos la versión antigua, las merece). Y si te animas, puedes compartir tus propias reconstrucciones en Facebook, Twitter o Instagram (utiliza el hashtag #eleojota).