La reconstrucción de esta semana me encanta, será porque poco tiene que ver con la pieza original. De hecho, la tenía hecha hace casi una semana, y estaba ansiosa porque llegara el viernes para poder enseñarla ;)
El collar original es bastante simple, también es verdad que era de las primeras cosas que hacía y que tenía muy pocos materiales y, sobre todo, poca experiencia. Acababa de encontrar en casa de mi madre unos cortadores en forma de flor que tenía guardados desde hacía muchísimo tiempo, y que en su día usábamos para hacer sellos con papas -que es como llamamos a las patatas en Canarias- y pintar sobre tela. Qué curioso cómo vuelve una a los inicios...
En fin, a lo que iba, que con un poco de arcilla polimérica color blanco vainilla y un cortador en forma de flor, hice este collar:
Nada del otro mundo, muy sencillito y además, barnizado con barniz cerámico brillante de ese que se vuelve pegajoso a la primera de cambio.
Así que me puse a pensar y le di una vuelta a la idea:
Le di más vida a las flores dándoles forma en lugar de dejarlas planas. Una técnica que aprendí viendo esos programas de decoración de tartas que están tan de moda ahora en la tele, donde vi que le daban forma a las flores usando un buril grande de punta redonda. Nunca sabes de dónde te puede venir la inspiración.
Y para hornearlas sin que pierdan su forma, las coloqué sobre un trozo de floca o relleno sintético para cojines que funciona bastante bien, ni siquiera explotó ni ardió en llamas como me temía, jeje.
Te pongo un par de fotos más para que veas los detalles y cómo queda puesto. Me recuerda a un complemento para un vestido de novia, ¿no te parece?
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¡Buen fin de semana!