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Si ya leíste mi post Mujeres Agotadas y te sentiste identificada, seguramente te interesará saber sobre mi nuevo hallazgo llamado Mindfulness.
Esta vorágine de vida que hoy en día nos toca enfrentar sin piedad como duelo de titanes al mejor estilo ¨tú o yo¨ ha traído a la superficie una práctica con miles de años, proveniente de los tiempos en que vivió Buda y tal vez de más atrás.
La palabra mindfulness no tiene una traducción exacta al español, pero lo que más podría acercarse a su significado sería plena atención o plena conciencia de lo que estamos haciendo en un preciso momento, pero aún así no logran reflejar todo lo que abarca el concepto.
En la antigüedad el mindfulness nació como una práctica para afrontar el sufrimiento con un sentido terapéutico. Actualmente, tiene enganchada a las celebrities y hasta las grandes empresas han comenzado a implementarlo entre sus empleados, como así también colegios que consideran el mindfulness un ejercicio fundamental para mejorar resultados académicos, fomentar la creatividad y desarrollar la motivación.
Se trata básicamente de un ejercicio mental, que mejora la concentración, reduce el stress y quienes lo practican aseguran que aumenta la felicidad.
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1Atención Plena
Dedícale unos minutos de concentración a lo que tienes frente tuyo, y no pienses en nada más, sólo pon tu atención por ejemplo en esa hoja que acaba de caer, en la piel de tu mano, en el sabor del helado que estas tomando, logra abstraerte y dejarte invadir por las sensaciones que te producen concentrarte en algo presente, tomando conciencia sólo de eso y nada más.
Debes conseguir ese punto de conexión entre tú y lo observado. Sin pensar en nada más, ni mirar ningún otro objeto.
2Compresión Profunda
A medida que consigas una plena atención, tendrás que ir por más hasta llegar a una comprensión más profunda de lo observado. Una contemplación profunda implica tener un acercamiento intenso con lo que ocurre, con la menor interferencia de los propios prejuicios, juicios, o intereses personales, o más bien, siendo consciente de ellos y distinguiéndolos del fenómeno observado.
Su sentido terapéutico
El mindfulness, desde esta perspectiva de cambio, se convierte en una práctica que busca concentrarse en adquirir una comprensión profunda de lo que está ocurriendo en el aquí y ahora, y vivenciarlo tal cual aparece, una práctica de detenerse y ser consciente de aquello que se está viviendo, más que intentar modificar la situación o huir de ella.Se trata de conseguir ser conscientes de la realidad en profundidad como impulsor al cambio.
No se trata de una resignación pasiva, ni de una desesperanza aprendida, sino más bien de un modelo. La práctica del mindfulness permite, o darle un nuevo sentido a la situación, o encontrar alternativas genuinas de solución, y no las mismas e insatisfactorias soluciones intentadas fallidas.
Verás como quitando los frenos del acelerador, disfrutando de lo que haces, alineando mente y acción en una sola dirección, conseguirás un mejor control de tu vida.
Hay quienes recomiendan meditar al menos unos 15 minutos al día, y una hora diaria para los que viven acelerados.
Yo quiero proponerte un desafío, ¨tómate algo rico, disfruta de su sabor, textura, desconecta de todo lo demás, conecta, no hagas otra cosas más que concentrarte, aislarte, sumergirte en esas sensaciones, déjate llevar...no mires el whatsapp, ni atiendas el móvil...¨
¡Y no me digas que es imposible!
Fuentes consultadas:Cepvi.com - Sociedad Mindfulness y Salud.