¡No! Realmente no soy de Marte, soy de la Tierra como todas vosotras... e incluso vosotros (no excluyo a los chicos, padres
Un día..., mejor dicho, un día y años después otro día, tuve la fortuna de dar a luz a dos preciosas niñas que me convirtieron en la más imperfecta de las madres que haya habido en este planeta. Llegaron como llegan todos los bebés, sin botón de ayuda, de manera que, pasito a pasito, fui descubriendo todos los entresijos de la alimentación, higiene, entretenimiento, educación y otras ciencias de estas pequeñas criaturas.
De mucho han servido las horas que he pasado con ellas cuando estaban enfermas o tristes, o cuando querían jugar y hacer manualidades, los ratos divertidos, los viajes que hicimos en familia... De todo eso y mucho más hablaremos en este blog, porque no sólo yo tengo que hablar, también quiero que me contéis vuestras historias.
¡¡¡Empezamos¡¡¡