Ayer domingo no hizo sol, sino todo lo contrario, pero las nubes fueron la excusa perfecta para meterme en casa y estrenar las pinturas chalky en mi cajita de fresas.
Había comprado un bote de pintura a la tiza en spray de color piedra. Piedra blanca, diría yo, una vez visto el resultado. Me gustaría saber cómo habría quedado si me hubiera decidido por comprar el spray en blanco o en blanco roto. Pues toda esa gama había.
En definitiva, que protegí el suelo con un paño y allá que me tiré entusiasmada con mi idea. Como seca tan rápido le pude dar varias capas hasta tapar los rótulos de "Fresas de Huelva". Ya luego decoré las esquinas con las mismas telas adhesivas de la caja de gambas.
Y como la caja pedía algo más le pegué una estrellita en cada frontal, que yo soy mucho de estrellas, más que de corazones por ejemplo y porque aunque todos podemos intervenir mucho en nuestro rumbo en la vida, siempre me gustó aquello de: "Unos nacen con estrella y otros estrellaos".
Para el interior de la caja corté un cartón con la forma y medidas del fondo y lo forré con las mismas telas.
Luego vino el pensar para qué lo voy a usar y en esta ocasión me decidí enseguida. Los sobres con los gráficos de las camisetas, los baberos, natalicios y mil cosas más ya están en mi caja de fresas.
Y ahora sí que está el conjunto completo. La caja de gambas con los hilos que compré el otro día en el Aldi por 4 euros y que no están nada mal (que no siempre vamos a comprar marcas caras que arruinan el bolsillo) y mi caja de fresas con los gráficos en sus respectivos sobres.
Una mañana de sol o una mañana de nubes, da lo mismo, siempre es buen momento para crear.
Feliz semana y gracias por vuestra compañía.