Cuando estudiaba el máster en traducción audiovisual de la UAB, vino un día el que hoy es mi amigo Xosé a darnos una charla sobre el mercado profesional. Y entre muchísimos buenos consejos, nos dijo una frase que me dejó de piedra. Una frase sencilla y lógica, que causó un terremoto bajo mis pies (porque yo soy una criticona nata). Dijo:
"Nadie se equivoca a propósito".
Y es cierto. A veces nos cuesta verlo así porque estamos dolidos, enfadados o resentidos. A veces el error de la otra persona tiene repercusiones sobre nosotros, nuestro trabajo o nuestra vida. Pero nadie lo hace nunca con mala fe. Nadie se equivoca para putearnos.
Fast forward a la semana pasada. Me senté a hablar con la profesora del pompón friki. Estamos las dos un poco preocupadas, porque el pompón friki es un niño brillante, muy inteligente, pero totalmente desmotivado y falto de actitud. Tiene un caso agudo de lo que toda la vida hemos calificado como "ley del mínimo esfuerzo".
Y su maestra, que es absolutamente maravillosa, me debió de ver un poco apurada, porque en un momento dado me miró, puso una mano encima de las mías y me dijo:
"No te preocupes. No os estáis equivocando. Lo estáis haciendo bien."
Creo que fue el mejor momento de mi semana. No, de verdad. Que alguien te mire a los ojos y te diga que lo estás haciendo bien, que confíes en ti, que sigas adelante, que seas consecuente con tus decisiones, porque son buenas decisiones, es algo que no solo te quita un peso de encima, sino que además te permite mirar cualquier situación con otros ojos.
Para mí estas dos frases, estas dos afirmaciones, resumen mucho más de lo que dicen. Estas afirmaciones básicamente te dicen que te perdones a ti mismo y que perdones a los demás. Dicen que de todo se aprende. Dicen que si lo haces lo mejor que puedes, lo haces bien. Aunque se pueda mejorar. Dicen que confíes en ti y confíes en la gente que tienes a tu alrededor. Dicen que sigas adelante y que sonrías mientras caminas.
Por eso cuando Elsie Marley lanzó el primer reto de The Creativity Club (al que me he apuntado, como podéis imaginar) lo tuve claro. Aunque la frase no sea exactamente mía, sí que es algo que últimamente me repito a todas horas e intento repetirles también a las personas que tengo a mi alrededor:
Aunque dudes, aunque tengas un mal día, aunque te quieras replantear toda tu existencia, aunque estés en un bache, aunque a veces quieras tirar la toalla, aunque haya días en los que te tengas poca paciencia, aunque te parezca que el universo a veces se alía en tu contra: Lo estás haciendo bien.
Lo haces bien cuando te levantas todas las mañanas y luchas un día más por lo que sea que luches: por tus hijos, tu trabajo, tus pasiones o tus sueños. Lo haces bien cuando tropiezas y te levantas, y también lo haces bien cuando te quedas en el suelo un rato pensando en la mejor manera de ponerte en pie. Lo haces bien cuando dudas y lo haces bien cuando estás seguro. Lo haces bien cuando te equivocas e incluso lo haces bien cuando lo haces mal. Porque nada es blanco y negro, porque la vida no es solo una oportunidad que se pueda perder y porque cada vez que piensas en cómo mejorar algún aspecto de tu día a día, lo estás haciendo bien.
Tú lo haces bien y también lo hace bien esa persona a la que criticas o que te ha fastidiado el día. Esa persona que se ha equivocado sin querer y que no es consciente del impacto que ha tenido en ti. Esa persona que tiene sus propias batallas y que está haciendo lo que puede y haciéndolo bien.
Lo estás haciendo bien. De verdad. No dudes de ti y sigue adelante. Porque lo estás haciendo bien.