Esta semana ha sido la KCW o Kids Clothes Week. Hace siglos que me planteo que tengo que hacerlo en serio y la verdad es que todos los años (hasta ahora se hacía dos veces al año, ahora se hace cuatro) me pasa algo a último momento que frustra todos mis planes y no coso ni un botón.
Ya os conté que este año mi palabra clave es ORGANIZACIÓN (y simplificación), así que esta vez me lo he planteado y lo he conseguido. He cosido 1 hora al día (más o menos) y aunque mis prendas todavía disten mucho de ser profesionales (no miréis el cuello de la camiseta, por favor), lo cierto es que he aprendido bastante y le voy cogiendo confianza a mis habilidades como costurera. Vale, es verdad, tengo que hacerme más amiga de la plancha, pero bueno, poco a poco, que las mejores relaciones a veces tardan un tiempo en desarrollarse, ¿no?
He hecho un pantalón más con la misma tela de punto verde que la camiseta, pero me quedé sin elástico, así que tendréis que esperar a que lo termine... Y creo que también compraré una aguja de esas de punta redonda para la máquina, porque no sé hacer dobladillos en tela de punto, quedan feos, feos.
El pantalón rosa es de tela de chándal de verano, no tan gruesa, con mucha caída. El patrón es el de los Parsley Pants de Rae y para mis hijos son un poco anchos de pierna, aunque les quedan bien y por mi madre que la pompona los va a usar, que no está el horno para bollos y que por una cosa que coso que no parece... bueno, cosida por la propia pompona, va a tener que hacer un esfuerzo y fingir que le encanta. No te pueden quitar la custodia por vestir a tu hija con la ropa que coses tú, ¿verdad?
El pantalón azul lo hice aprovechando unos pantalones míos y eso me hace muy feliz. Ya lo sé, no seáis rancios, sé que la combinación de colores es cuanto menos dudosa y además añado que el pantalón en sí les hace un poco de bolsa en el bajo vientre porque: a) los pompones son muy delgados; b) todavía no entiendo los patrones; o c) hay una conspiración judeo-masónica para evitar que me aficione de verdad a la costura y me gaste una pasta en telas, máquinas y gomas para las bragas, que conozco a alguien, y no voy a decir nombres, que acumula casi un kilómetro de la misma en diferentes tonos. Si la respuesta es la C, querida conspiración judeo-masónica, no está funcionando, porque aunque cosa mal me gasto la pasta igual en telas, máquinas y gomas para bragas, aunque no llego al nivel de la persona antes mencionada, claro.
Por cierto, el patrón es del libro Collection privée filles & garçons que compré en Creativa. Lo más probable es que el pantalón pase a ser "ropa de Ansovell", o lo que es lo mismo, ropa del pueblo de los abuelos, donde no importa qué te pongas porque te vas a pasar todo el día metido en el abrevadero de las vacas intentando pescar más renacuajos que nadie y cuando salgas irás a darle las sobras de la comida a las gallinas y a abrazar a todos los perros del pueblo mientras recoges moras. O algo así.
El pantalón que por el momento mejor ha quedado (y debe de ser porque no está terminado) es el verde, que curiosamente hice a partir del patrón de un pantalón que me encanta cómo les queda a los dos pompones peques, pero que ya era tobillero y por el que no mostré ninguna clemencia y despedacé a conciencia. Ya sé que la gente hace los patrones en papel, pero yo tengo la manía de guardarlos en tela, porque me parecen mucho más prácticos y no se me rompen cuando los dejo tirados en el suelo del estudio durante más de un mes.
He de decir que también he aprovechado el tiempo de costura para remendar algunos pantalones con las rodillas peladas y para hacerme el bajo de unos vaqueros que me había comprado hace como seis meses.
En fin, hasta ahí mi KCW. El trimestre que viene más y (no va a hacer falta demasiado) mejor también. Y para que veáis que la palabra ORGANIZACIÓN ha calado hondo como mensaje de cabecera (al menos durante tres o cuatro meses, como me indicó mi simpática tía Charo el otro día) estoy poniendo orden también en el blog, para que sea más fácil y más útil. Si tenéis alguna sugerencia sobre cómo queréis que lo haga y lo que queréis encontraros aquí, hacédmela, por favor. Aunque, seamos sinceros, soy un auténtico desastre con el blog y puede que eso no cambie jamás. Pero por eso me queréis, ¿no? Por mi temperamento caótico y artístico...