Seguro que alguna vez has entrado en un restaurante, un hotel, una tienda... y te ha atendido una persona súper entregada. De estas que te miran a los ojos cuando hablas, entienden lo que dices y hacen lo imposible por satisfacer tu necesidad. Eso es una persona apasionada. Te imaginas que todas las personas fuéramos así en nuestro trabajo? O fuera de él? Sin duda la vida sería muchísimo más agradable, sin tensiones ni preocupaciones, y casi seguro que Trump no se habría presentado a las elecciones :s
Trabajar en algo que te apasiona es lo máximo, incluso cuando no es algo que hayas elegido, poner pasión en ello como si lo fuera, tiene unos efectos alucinantes. El lunes os hablaba del poder de una sonrisa para transformar el entorno. La pasión es un nivel superior, es querer hacer las cosas bien, muy bien, y ponerlas al servicio de los demás sin esperar nada a cambio. Es hacer unas galletas y poner todo tu empeño en que salgan deliciosas, cuidando los tiempos de horno, amasando sin prisa. La pasión es hablar a tus hijos con calma, sabiendo que cada una de tus palabras son comprensibles para ellos, que tienen el tono adecuado. Pasión es echar horas extra a un trabajo inventado porque quieres de corazón que salga bien ;)
La pasión no es mecánica ni rutinaria. Conducir mientras repasas mentalmente la lista de la compra, no es apasionante. La pasión es atrevida y descarada. Es amable y educada, respetuosa, observadora. La pasión es querer, desear y hacer todo lo que está en tu mano para que algo salga bien, sea lo que sea. Hacer cosas que nos apasionan o apasionantes, es muy reconfortante. Quienes disfruten de algo en lo que has puesto toda tu pasión, te lo harán saber y recibir ese agradecimiento te hará sentir satisfecha. SATISFECHA. Es lo mismo que se siente cuando llegas a la cima de una montaña, después de haber penado las últimas dos horas. Lo he hecho, me lo he propuesto y lo he logrado. Y más allá del agradecimiento de los demás, que no tiene por qué producirse, saber que has hecho algo lo mejor que has podido, que has echado el resto en ello, también te llenará de una enorme satisfacción. Lo hice, quizá debí llevar otro calzado o menos peso en la mochila, pero llegué hasta la cima, con todo mi empeño.
La pasión es lo que hace que el mundo evolucione. Cuando alguien descubre la vacuna contra una enfermedad mortal, es porque se apasionó en la búsqueda. Cada vez que el mundo avanza, alguien estuvo detrás empujando, lleno de pasión por lograrlo.
A mi me apasiona vivir, ¿y a ti? ¿qué te apasiona? Cuéntamelo, no te quedes con las ganas ;)
Feliz comienzo de semana!
Fotos: Sara González Carrasco