Os enseño el regalo “last minute” que le hice anoche a mi marido para el día del Padre.
Ya dice el refrán que en “casa de herrero cuchara de palo”, pero la verdad es que no iba a hacer nada y a última hora pensé en hacer algo rápido.
El caso es que recorté dos trocitos de fieltro rojo con forma de corazón, un poco de cola de ratón y unos abalorios y ya está listo un regalito de última hora para el papi, hecho por la mami ya que el niño es aún pequeño y como no va a la guarde no trae el regalito de allí (pensé en recurrir a las pinturas de dedos pero mejor aún no, que luego no vaya a ser que le guste como Pepa Pig y se pase el día pintando las paredes).
Por cierto, el corazón es para colgarlo en el espejo retrovisor del coche.