Seguimos con la vuelta al cole, en unos días se incorporan a las clases los más pequeños de la casa, y poco a poco van volviendo los más mayores, se acabaron definitivamente las vacaciones y todos volvemos al cole de alguna manera.
Para mi, septiembre es como si empezara el año, será por haber sido estudiante taaaantos años, y me encanta el olor a libro nuevo, aunque fuera heredado de alguien para mi eran libros nuevos, material nuevo, profesores nuevos, a veces compis nuevos, un año nuevo en todos los sentidos y esto me pasaba desde pequeñita hasta la universidad, incluso hasta cuando preparaba las oposiciones, incluso hoy día si empiezo algún curso de algo o simplemente cuando llegan estas fechas y me incorporo al trabajo, para mi, sigo siendo una niña que vuelve a empezar el curso.
Por eso, la morriña de mis años de estudiante me ha llevado a preparar estos estuches que al final tod@s utilizamos para guardar nuestros bolis aunque no vayamos ya al colegio. Y esta vez he usado tela, ni fieltro ni fimo que es lo que más suelo utilizar, tela y más tela, y un poco de hilo eso si.
Lo primero que se me ocurrió fue hacer casitas, mi obsesión por las casitas tiene que salir por algún sitio está claro, y me apetecía probar la tela vaquera, que nunca la había usado y la verdad me gusta mucho.
Así que me puse a dibujar las casitas con formas secillas y a hacer patchwork, tal cual, como hago en las camisetas, mezclando telas más clásicas como los cuadros de vichy o las rayas con una tela estampada más modernita, pero aun así me parecía que quedaban sosas y le añadí unas puntillas.
Ahora solo me faltaba rematarlas con unos botones, como siempre pensé en hacerle unos botones de fimo a juego, en los mismos tonos y eso, pero ya que estaba haciendo algo diferente pensé que mejor forraba unos botones con las mismas telas de las casitas y dicho y eso, me gustó como quedaban.
Así que solo faltaba el forro, que hice con la tela a rayas, montarlo todo y poner la cremallera, que mi trabajo me costó y ya veis como quedó el primero de los estuches.
Una vez hecho el primero los siguientes fueron coser y cantar, nunca mejor dicho, y mientras los hacía pensaba, -si me viera mi abuela-, cualquiera de mis dos abuelas, las dos cosían, hacían ganchillo a la perfección, y me habrían servido de mucha ayuda, ya que todo lo hago de manera autodidácta, pero ellas no me vieron con una aguja en la mano en la vida, salvo las agujas para hacer punto, pero bueno, mi madre y mis tías son las que me solucionan las dudas técnicas que me surgen a veces. Pero bueno, dejándome de rollos, lo dicho, superada la parte técnica del primer estuche con éxito, ya solo era cuestión de diseñar distintos modelos, y el segundo fue el de los cupcakes.
Para este hice los mismo, hasta lleva un botón forrado en el cupcake más grande, y en este caso utilicé tela japonesa marrón, pero también me lancé a bordar, cosa que ya había hecho en pequeños detalles alguna vez, y hasta le puse letras bordadas, lo que me llevo al tercer estuche, en el que todo el dibujo va bordado y me encanta, pero reconozco que mi favorito es el de los cupcakes, con su forro de topitos en vainilla.
Y como decía, el tercer estuche, el de Paris, lleva todo el dibujo bordado, y bastantes letras, que tengo que decir que quedan muy monas pero me cuestan mucho esfuerzo, pero se hace lo que sea por amor al arte, me armé de paciencia y aquí está.
El forro rojo con topitos me pirra, es otra de mis debilidades, los topos y los cuadros de vichy, y en este caso lo tuve claro, no tuve que pensar ni un segundo en que tela poner como forro, y asi se quedó y asi me despido, con la imagen de la Torre Eiffel, que me recuerda que aunque acabamos de volver al cole, las vacaciones y los viajes volverán pronto.
Bonne journée !!