Después de varias conversaciones poniendo en común sus ideas y las mías, me puse manos a la obra. Me decidí por una encuadernación con anillas escondidas, ya que de esa forma conseguiría diferenciar su trabajo de "la típica encuadernación de toda la vida" y, además, le propuse buscar folios que fueran acordes con el estilo de las tapas, ya que unas tapas tan vintage como estas con unos folios blancos impolutos no me parecía que pegaran demasiado.
Así que, yo por mi lado con mis tapas vintage al más puro estilo Tim Holtz (aunque sin mucha tinta, por eso de que no quería arriesgar mucho) y él, que al final se decantó por usar folios reciclados, conseguimos el resultado que veis a continuación.
Solo espero que esta programación sea la que por fin le de esa plaza que tanto se merece y nuestro trabajo (aunque más suyo, que es quien ha estado todo el curso compaginando trabajo con estudio) merezca aún más la pena y podamos hacer una celebración por todo lo alto.