Me gusta hacer cosas con mis manos, y en esta ocasión se trata de hacer algo con un tesoro que encontró mi hijo mientras dábamos un paseo por la orilla de la playa.
Para la realización de mi collar utilicé una preciosa, y muy especial, caracola de mar. Pero para el tutorial he utilizado una canailla, que se puede comprar en pescaderías. También necesitaremos alambre, una cadena o cordón, una anillita y unas tenazas o alicates.
Sucedió el verano pasado, normalmente doy largos paseos sola, pero un día mi hijo quiso acompañarme. Ya tiene 12 años, recuerdo el primer día que estuvimos en “nuestra” playa, no sabía andar todavía, gateaba por la arena. Ahora ya es un hombrecito, dar un paseo conmigo tiene mucho valor. Sus amigos jugaban en la orilla, mientras caminábamos, en un cierto momento me dio la mano. No quería olvidar ese momento, si los sentimientos se pudieran fotografiar, habría hecho un montón de fotos. Era inmensamente feliz.
De repente se soltó, había encontrado algo en la arena. Cogió la caracola, me la enseñó y me dijo:
“Mira mamá ¿te gusta?. Te la regalo. Me gustaría que pudieras hacerte un collar, pero no tiene agujero…”
Entonces yo le contesté que me encantaba el tesoro que había encontrado, y que haría el collar más bonito del mundo con su caracola.
Cuando me pongo el collar muchas personas me dicen que es muy bonito, Para mí es mucho más que un colgante o un collar, Me traslada a un momento entrañable que no quiero olvidar jamás.
Mi colgante es un precioso tesoro. Para mí, es el collar más bonito del mundo?
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