Tenía por casa desde hacía tiempo una caja que era el envoltorio de un regalo y que como siempre guardé para tunearla y aunque ha tenido que esperar un poco (más de un año) al final le ha llegado su hora :P ¿Estáis preparadas? Pues vamos allá:
Materiales: una caja, papeles de colores (los que yo usé son de Tiger), alkil o cola blanca diluida, tijeras, lápiz, pincel para extender el alkil o la cola y foam (no aparece en la foto)
Lo primero que hice fue forrar la caja por dentro y por fuera con papel blanco (un folio) para que a la hora de forrar con el papel de colores no se transparentara el color oscuro ni las letras de la caja. Eso sí, si tuviera que hacerlo de nuevo, lo que haría sería pintar de blanco. De esa forma sería más fácil abrir y cerrar la caja ya que no habría aumentado tanto el grosor de la tapa y la base.
Después forramos la caja por fuera, yo decidí darle un toque digamos..¿nórdico? y utilicé papeles con distintos estampados para la tapa y la base.
Truco: es mejor extender el alkil o la cola sobre el cartón de la caja, sobre todo si está muy diluido porque el papel se puede arrugar o romper. Lo ideal es ir por fases, es decir primero extendemos el pegamento con un pincel sobre una cara de la caja, ponemos el papel y lo estiramos hacia fuera con cuidado para evitar que se produzcan burbujas.
Como la iba a utilizar para guardar los anillos, pensé que estaría bien tenerlos colocaditos una vez abierta la caja y no todos revueltos y se me ocurrió utilizar una lámina de foam del ancho de la caja y doblarla así:
Tuve que poner dos láminas juntas dobladas, van así directamente encajadas en el hueco de la caja, sin pegar ni nada, así si un día quiero utilizar la caja para otro fin sólo tengo que quitar el foam y ya tengo una caja para un regalo por ejemplo.
Espero que os haya gustado ^_^ ¡Hasta mañana!