Este verano me dieron un portarrollos de madera para cocina. El clásico modelo para el papel de cocina, el de aluminio y el film transparente.
Lo bueno de tener fama de "trapera" y que se difunda entre allegados y conocidos es que siempre se acuerdan de ti a la hora de desprenderse de piezas tan bonitas como esta.
La madera estaba en muy buen estado, así que tan sólo necesitó un ligero lijado para sanear las zonas en las que se había levantado el barniz. Después le di una mano de nogalina para que el tono no perdiera intensidad.
Es el momento de pintar las dos tablas frontales, la primera con acrílica blanca y la segunda en gris pizarra, también acrílica.
Para la tapa superior, fui añadiendo pintura negra a la blanca hasta obtener este gris:
Unos estarcidos de estilo vintage.
Muy bien protegido con barniz incoloro mate para poder limpiarlo sin problema con un paño húmedo (ya sabemos lo que pasa en las cocinas).
A pesar de haber lijado suavemente el barniz para que el portarrollos quedara bien suave, se notaba aún que esa madera no estaba bien nutrida... nada que no pueda solucionar una buena mano de cera. Una vez pulida deja un tacto muchísimo más agradable.
En pocos pasos hemos transformado un accesorio de cocina corriente en un portarrollos de estilo vintage distinto a todos los que podamos comprar.
Os animo a transformar y dar una vida completamente única y renovada a todos esos objetos monótonos y aburridos con los que convivimos a diario.
Ya que pasamos bastante parte de nuestro tiempo en la cocina, mucho mejor estar rodeadas de cosas bonitas, no os parece?
Espero que este paso a paso para renovar un portarrollos de cocina os haya resultado de utilidad y pueda serviros de inspiración.
Gracias por estar siempre ahí. Feliz fin de semana para tod@s!