La verdad es que el color que tenía no encajaba bien en ningún lugar de mi casa, así que le llegó el turno de cambiar de aspecto y recobrar una nueva vida.
Al ser metálico, es muy importante aplicar imprimación antes de pintar. De esta manera, nos ahorraremos bastantes manos de pintura.
Después, acrílica chocolate y chalk paint blanca.
Una vez pintado, lijé todo el macetero, insistiendo en las zonas que quería dejar más desgastadas. Sobre estas superficies metálicas, no es necesario utilizar cera en las zonas en las que queramos desgastar la pintura. Con un lijado un poquito enérgico, la pintura salta muy fácilmente.
A continuación, rasgué unos motivos de lavanda de esta servilleta.
Nos quedamos sólo con la capa impresa de la servilleta y la aplicamos con cola diluida. Una vez fijada, con cola de decoupage o con barniz mate incoloro, integramos bien los motivos en la superficie. Es muy importante hacerlo desde el centro hacia los extremos para evitar arrugas.
Con algunos textos de esta plantilla de Lucía, de Momentos Vintage, unos estarcidos en gris oscuro. El estarcido se puede hacer con una esponjita o con un pincel de pelo recto, siempre utilizando un papel absorbente para dejar el exceso de pintura. Si aún así lo vemos demasiado marcado, podemos desgastarlo con una lija fina.
Y este es el resultado final:
Yo creo que el cambio de imagen le ha favorecido. Podría volver a ser un macetero...
... aunque creo que su nuevo destino va a ser el cuarto de baño, para guardar esponjas, jabones, cosméticos...
Sea cual sea su uso, voy a irme a compartirlo con Marcela en su Finde Frugal y disfrutar con todas las estupendas propuestas que me están esperando allí. Por supuesto, no voy a faltar tampoco a la cita de Olga en Inventando el Finde con Baldosas Amarillas.
Feliz Finde!!!