La técnica del engobe consiste en la aplicación de color en piezas cerámicas o de barro una vez cocidas y secas. Para ello, es necesaria la preparación de un compuesto de arcilla de consistencia cremosa y fluida coloreada con óxidos metálicos o colorantes. Aunque existen multitud de esmaltes para dotar de color a barros y cerámicas, el engobe es el método más antiguo conocido, lo que otorgará un encanto especial a las piezas.
Sus orígenes no están nada claros, pero tenemos que remontarnos a la Prehistoria para apreciar las primeras pinturas con materiales naturales como la arcilla o los vegetales. A lo largo de la historia esta técnica se ha seguido utilizando en las culturas griega, precolombina e incluso en cerámicas de Picasso. Una práctica que ha ido mejorando con el paso del tiempo.
Materiales y proporciones
Un 60% de materia arcillosa blanca o roja. Un 10% de antiplásticos como pueden ser: óxido de cinc, cuarzo, etc. Un 20% de vitrificante o esmalte transparente. Por último, añadiremos un adhesivo como la goma arábiga que facilitará la adherencia durante la aplicación.Proceso de preparación
Machaca la sustancia arcillosa con un mortero hasta que quede convertida en polvo, y posteriormente filtrala para eliminar impurezas. Deposita los porcentajes de los distintos materiales en un mismo cuenco, para ello, utiliza un pequeño peso de cocina. Añade un 70% de agua en función al peso de manera paulatina. Mezcla bien los componentes hasta conseguir una pasta homogénea.
Una buena mezcla
En caso de que la arcilla sea poco grasa, podemos añadir para corregirlo bentonita o una arcilla más grasa para conseguir un buen equilibrio. Por el contrario, si el engobe se agrieta, es consecuencia de una arcilla demasiado grasa, por lo que tendremos que añadir materias desengrasantes como feldespato o creta.
La pasta del engobe ha deser lo suficientemente opaca como para conseguir el color deseado y, en caso de poner una cubierta transparente de barniz, deberemos tener cuidado con la mutua tolerancia.
Añadir el color
Muele el óxido con el mortero hasta reducirlo a polvo para facilitar la formación de un color homogéneo. Añade un poco de agua y mueve la mezcla. Por último, aplica con un pincel en la superficie.
Crea una paleta de colores
Blanco: cuarzo. Azul: óxido de cobalto. Negro: óxido de cobalto y óxido de hierro. Rojo: óxido de hierro y cuarzo. Amarillo: óxido de antimonio. Marrón: dióxido de manganeso. Verde: óxido de cobre.Dependiendo de las proporciones, el color será más o menos intenso. Busca el tono que más te convenga. Es recomendable comprobar cuál es el tono exacto antes de comenzar.
Técnicas de aplicación
El proceso nos ofrece infinidad de posibilidades, la inmersión de la pieza completa en el engobe, el regado o con pincel, etc. Antiguamente se utilizaba un asta de toro para aplicar la pasta. Actualmente se ha sustituido por las denominadas perillas sanitarias que otorgan un mayor control y precisión al proceso.
Otra técnica atractiva y que dará un aspecto novedoso a la pieza es el salpicado. Ésta consiste en bañar un cepillo de cerdas duras en la mezcla, para posteriormente presionarlas y conseguir un punteado muy especial en la cerámica.