Si quieres dar a tu vivienda un toque especial y hogareño, nada como aprender a hacer velas y decorarla. La necesidad de iluminación en la oscuridad y en el interior de las casas hizo de ellas un elemento imprescindible durante siglos. Hoy son muy decorativas y, además, tienen una evidente connotación familiar y romántica. Las velas están fabricadas con cera (procedente de diversos materiales), con forma de cilindro (o cualquier otro tipo de estructura) y una mecha de fibra.
Existen vestigios de que ya hace 30.000 años se utilizaban velas, formadas por piedras ahuecadas rellenas de aceite. Los romanos fueron los que comenzaron a usar cera de abeja y, posteriormente, en la Edad Media, se extendió la utilización de grasa animal. Desde mediados del siglo XIX las velas de sebo fueron sustituidas por mezclas de parafina, ácido esteárico (un ácido graso sólido) y cera de abejas. También se suelen realizar con aceites hidrogenados vegetales.
Actualmente se fabrican en multitud de colores y formas, así como con propiedades aromáticas y con elementos decorativos en su interior como conchas o flores secas. Podemos encontrar velas en cualquier establecimiento de decoración, pero puede ser muy divertido hacerlas nosotros mismos. El proceso es muy sencillo.
Pasos para su elaboración
Lo primero es verter cera parafina refinada en una bolsa de fundición. Muy bien cerrada con el alambre (para evitar que entre agua), introduciremos la bolsa en una olla con agua, para fundir la cera al baño maría. Con una servilleta daremos una ligera capa de aceite vegetal al molde. Ataremos un extremo del pabilo de algodón (la mecha) a la varilla sujetadora, justo donde está el orificio en la varilla, y pasaremos el otro extremo por el agujero del molde. Fijaremos la mecha con un sellador al molde y cortaremos la mecha que sobre.
Cuando esté a una temperatura de 80º C, retiraremos la cera. Podemos añadir unas gotas de esencia para que la vela sea aromática. Iremos echando la cera al molde, poco a poco, dejándola caer por el centro, justo donde se encuentra la mecha. Para rellenar la base de la vela debemos conservar parte de cera al baño maría, así que reservaremos un poco. Durante un rato daremos pequeños golpes en las paredes del molde, con un lápiz o un bolígrafo, para quitar el aire.
La cera se contrae una vez que se enfría, así que suele hacerse un agujero en la base de la vela cuando ha pasado algo menos de una hora. Con un pequeño palito perforaremos en el centro de la vela y rellenaremos el hueco con la cera reservada. Con unas cinco horas, la vela estará lo suficientemente fría y podremos retirar el sellador del molde. Por fin, la vela saldrá fácilmente dándole la vuelta al molde (aunque si es necesario podremos ayudarnos de la varilla).
Al salir del molde, la vela puede tener rayas o pequeños desperfectos que podemos disimular frotando con una media de nylon mojada en alcohol. También podemos dar color a la vela, agregando a la vez que la esencia algún pigmento. Si lo agitamos con un palo de madera, el color se diluirá con la cera hasta obtener un tono homogéneo.