Para fabricarlas en casa dispones de una amplia variedad de moldes rígidos de plástico, cristal y metal. Sea cual sea el tipo que uses, asegúrate de que esté limpio y seco antes de empezar. La técnica básica es la misma para todos los moldes: enfila la mecha almidonada y rellénalo de cera fundida.
Puedes hacerlo en 12 sencillos pasos:
A medida que la cera se enfríe, se solidificará de abajo arriba, formando un pozo de estructura cónica alrededor de la mecha. Por debajo de su piel, la cera continuará enfriándose y comprimiéndose, formando una cavidad por debajo de la superficie. Rompe la piel con la aguja para acceder a la cavidad. Si la cera aún se conserva líquida en su interior, deja que se enfríe unos pocos minutos más.
Allana la parte inferior de la vela calentándola en una cacerola. Sostén la vela en una cacerola limpia y caliente y muévela a un lado y a otro hasta que la base sea plana y la vela aguante de pie. Corta la mecha de nuevo si es necesario. La vela está ahora lista para ser usada o bañada en otro color.
Calienta de nuevo la cera a 93º C. Transfiérela a una jarra, comprobando constantemente la temperatura para asegurarse de que mantiene el calor. Vierte cuidadosamente la cera en el molde y rellénalo hasta 1,25 cm. del borde. Déjalo enfriar durante dos minutos y seguidamente dale unos golpecitos contra la mesa para liberar las pequeñas burbujas.
Calienta de nuevo la cera hasta 93º C. Rellena cuidadosamente la cavidad con cera caliente, pero sin sobrepasar el nivel original o resultará difícil liberar la vela del molde. Da unos pequeños tirones a la mecha para permitir que el aire salga de la cavidad. Deja enfriar a temperatura ambiente o con abundante agua.
Con ayuda de la aguja, introduce la mecha almidonada cuidadosamente por el pequeño orificio del fondo del molde. No tuerzas la mecha o la cubierta de cera se romperá.
Con la aguja en la base del molde, tira firmemente de la mecha a través del pequeño orificio del fondo con la punta hacia el exterior del molde. Fija la mecha cubriendo el pequeño orificio con un poco de masilla de sellado. Comprueba que la masilla es impermeable introduciéndola antes en agua. La mecha deberá hallarse centrada y recta en el interior del molde.
Corta una mecha de 5 cm. más que la altura del molde. Introduce la mecha en la cera fundida durante un minuto. Después tensa con los dedos y déjala reposar hasta que se seque.
Cuando la vela está completamente fría, desprende con cuidado la masilla del orificio inferior. Vuelve el molde del revés y la vela se deslizará de éste a su mano.
La punta encerada de la mecha almidonada siempre debe estar en el extremo de quemado de la vela. Cuando se endurezca, atraviesa el otro extremo de la mecha con una aguja como las descritas anteriormente.
Para aclarar el proceso de enfriado, introduce el molde en un baño de agua. Usa un cuenco amplio y de fondo plano con suficiente cantidad de agua para que el molde se mantenga en pie y el agua llegue a la altura de la cera. Pon un peso para mantener el molde estable. Déjalo enfriar durante una hora. Al enfriarse con agua, mejorará el aspecto de la vela y facilitará el desprendimiento del molde.
Pon un poco de estearina en un hervidor de doble fondo y fúndala a fuego lento. Cuando se haya fundido, añade el tinte y espera a que se disuelva. Pon entonces la cera de parafina, caliéntalo hasta que alcance 71º C y apaga el fuego.
Quita la aguja de la parte superior de la vela. Utiliza un cuchillo artesanal afilado para cortar la mecha, rasa en la base de la vela y dejando 1,25 cm. de más en la parte superior. No la cortes a menos longitud porque podría dificultar el encendido de la vela. Tampoco cortes la parte superior de la mecha si quieres volver a bañar la vela. Después saca toda la masilla de la vela.