Estamos en época de crisis, y esto en vez de causarnos desánimo debe ser un estímulo para sacar provecho a nuestras habilidades, y aprender nuevas técnicas que nos permitan cualquier ahorro en los gastos de casa.
Ahora el cariño por las manualidades brilla más que nunca, dada la utilidad que encontraremos a muchas tareas.
Tenemos un magnífico ejemplo en los ambientadores. Las tiendas venden gran variedad de pequeñas bolsas aromáticas, pero pierden muy pronto el olor, y no son precisamente baratas. Por ello les invitamos a seguir el ejemplo de nuestras foreras, que confeccionan sus perfumeros para dar a las habitaciones un agradable toque hogareño, por muy poco dinero.
El simpático diseño de Lalyco fue un regalo para otra forera, Petitange. Podemos economizar más aún siguiendo el consejo de Artcecilia, que aprovecha trozos de tela para hacer bolsitas y rellenarlas de especias como lavanda, romero y laurel.Artemisia confecciona pequeñas almohadas, que después rellena con escamas y pétalos de jabón. Un método sencillo es comprar los jabones y cortarlos finamente con un cuchillo, de esa forma obtendremos a buen precio suministro aromático para perfumar cualquier rincón de la casa.
Enmabovary acostumbra a regalar elegantes perfumeros a sus amigos. Compra en las mercerías iniciales bordadas, y las cose en saquitos de tela que rellena con lavanda. Una vez adornados con un volante de tira bordada o encaje, les pone una lazada de raso para colgar.
Nidiaester siente predilección por el ganchillo, y con esa técnica elabora sus bolsas donde guarda popurrí de flores y jabones. Sólo queda colgarlas en el baño o en los cajones de la ropa.
Otra ahorrativa y ornamental idea es la que nos brinda FernandaP. Hace pequeños angelitos, y los rellena con escamas de un jabón aromático que compra en el supermercado.
Además de los aromas florales, podemos aprovechar especias y condimentos. Así lo hace Emi2345, que pone en sus bolsitas clavos de olor, cáscaras de naranja y de limón, café y canela.
Almadecora transfiere bellos dibujos a las telas con ayuda de una impresora. Después plancha la bolsa y la rellena con algodón empapado en esencia de violetas.
Tiare es otra aficionada a perfumar las habitaciones con pequeños angelitos. Para elaborar la fragancia, Otrebor recomienda meter en un frasco nuez moscada, clavo, sal, pimienta, jengibre y por último agua de rosas. Se tapa con un corcho y se agita de vez en cuando, para que fermente.
Finalmente, Petitange os anima a realizar vuestros ambientadores personales: “Es sólo hacer un saquito y rellenarlo con flores de lavanda, azahares, rosas o algodón sintético con piedritas aromáticas, y luego atarlo con hilo de lino, es todo. ¡Sencillo y bonito!”
La ingeniosa técnica de Jung consiste en rellenar la bolsa con lavanda y guata, y después inyectar con una jeringa su esencia preferida, que compra en el herbolario. De esa forma podremos aromatizar adornos tan bonitos como el que vemos en la foto, confeccionado por Lydiab.