Y ya que estoy en Galicia y nos gusta llevar la contraria, hoy quiero enseñaros un cubretazas [sí, yo también he caído en la tentación de esas cosas que a simple vista no parecen ser útiles ni cómodas]. Los cubretazas suelen usarse en esos días helados de invierno en los que te levantas muerta de frío y solamente piensas en dos cosas: volver a la cama y meterte debajo de esas mantas tan calentitas de las que acabas de salir, o tomarte una taza bien caliente de leche/café/té/cacao...
Existen tazas especiales que retienen el calor y no queman por fuera, pero seguro que tu taza favorita, la de toda la vida, no es de esas. Y como todas las tazas de toda la vida que nos encantan, queman al cogerlas justo después de sacarlas del microondas o de echar agua hirviendo para tu té. Los cubretazas trabajan duro para que puedas echarle la mano a tu taza, que te llegue calorcito a esos dedos congelados pero que no llegues a quemarte. Este en concreto está inspirado en Hello Kitty y tiene un diseño muy simple. Se sujeta a la taza con dos botones (si me permites llamarlos así) de lana en forma de lacitos:
Últimamente he estado mirando un montón de apliques y al ver uno de Hello Kitty se me encendió la bombilla. Para este he utilizado mi propio patrón -que publicaré en un futuro, cuando consiga hacer el gráfico-, pero en el enlace que he dejado puedes encontrar otro gratuito.
¡Por cierto! Las fotos están sacadas en el piso nuevo. Si me sigues por twitter probablemente me hayas escuchado quejarme bastante las semanas que rodeaban la mudanza...