Hoy os cuento que dentro de pocos días mi marido tendrá unos días de vacaciones y por fin después de más de 3 años podemos ir al pueblo y sin embargo ?? no tengo ganas??. no puedo creer que esté diciendo esto pero es así.
Pienso en las 8 horas de viaje y se me hace eterno, pienso en que la casa está cerrada desde hace 3 largos años y no se como me la voy a encontrar y se me hace una montaña, pienso en que los días son cortos para aprovecharlos en la calle y me da pereza. Pienso en que va a hacer mucho frío? Excusas, excusas, excusas.
Cuando hablo de pueblo, me refiero a pueblo, o sea de 100 habitantes + o - ? puede que sean ahora.
Pienso en el silencio y en la soledad de los campos ?.. pienso en las calles vacias?.. y me da pena?..
Por qué ?
Supongo que porque es de otra manera como quiero recordarlo?.. como quiero vivirlo.
Y eso no es posible.
No es posible de ninguna de las maneras. Porque hay mucha gente que ya no está y porque las cosas cambian, porque todo es diferente porque ya nada es igual.
Recuerdo los útimos veranos que he ido, después de haber muerto mi madre, el último si no recuerdo mal en el 2009, con mi hermano y su entonces mujer,mi sobrino, mi hija y una amiga. Aunque tampoco fue un buen verano para ninguno de los 2 porque yo recibí la noticia de la muerte de una persona muy querida y él al poco tiempo se separó. Pero allí estuvimos, todos juntos.
Independientemente de eso, el pueblo tiene otro sentimiento, otro olor, otra alegría en verano. En las fiestas, en las calles, lleno de gente que solo van una vez al año, en verano. En la piscina, en el pantano, en los campos amarillos de trigo, en las puertas de las casas con las sillas fuera, la gente hablando hasta media noche, las risas. En la música de la orquesta que toca en la plaza y que se oye a través de las ventanas abiertas por el calor de la noche. En las siestas.
Después, por trabajo, dejé de poder ir en verano. Volvimos por última vez en noviembre y ya todo dejó de ser igual. Es como si algo se me hubiera roto por dentro y trato de entender porque no quiero volver si no es en verano.
Y es que me duele, me duele tanto.
Me duele saber que hice una promesa hace muchos años y que no he cumplido, que pensé que sería más facil, que no dolería tanto y quizás lo sea pero no lo he intentado lo suficiente.
Solo espero que esa persona me perdone: era mi madre.
Creo que estoy siendo muy cobarde.