Recuerdo claramente cuando compré mi primer atrapasueños, fue hace mil años en la feria de septiembre, había un puesto de indios y los tenían de todos los colores, le pregunté al dueño qué eran aquellos amuletos y me dijo que eran cazadores de sueños, atrapaban tus pesadillas en la red y luego la luz del alba las destruía para que no se hiciesen realidad...
Desde entonces siempre ha habido uno en el cabecero de mi cama, nunca me gustaron las pesadillas y por fin tenía algo con lo que poder combatirlas.
Ahora es mi peque el que las tiene y las teme, le he contado para que sirven los atrapasueños y está encantado de tener el suyo propio.
Para realizarlo he cogido una rama de la poda de mis ciruelos y la he mojado para que sea más flexible, la he anudado con un alambre (podéis usar una brida mejor) rodeando una maceta y la he dejado secar al sol.
Pasados varios días, cuando ya está seco el círculo de madera, lo he ido decorando con cosas que tenía por casa, una cuerda blanca, un tapete de ganchillo, unas cuentas de un collar roto y las plumas de unos pendientes.
Me encanta el resultado y mi hijo se siente más seguro cuando se va a la cama, el cazador de sueños no dejará que vengan las pesadillas.
¿Vuestros peques tienen pesadillas?
¿Tenéis atrapasueños?