Este chal volveré a tejerlo, fijo (aunque no para mí). Con otra lana (Malabrigo seguramente), en otro color y tonalidad. Porque me gustó tanto tejerlo que no me lo acabo. Y eso que estaba convencida que al final lo desharía y me haría un par de calcetines. Lo he tenido al pobre olvidado en el cesto de proyectos durante semanas. Hasta que me ha podido el remordimiento.
Esto me ha enseñado a que no debo dar por sentado las cosas. Porque hay veces que una se lleva sorpresas estupendas. Mi mayor miedo era que el dibujo desapareciera entre los azules, pero nada de eso. Tengo la sensación que ¡ha quedado precioso!