Para estos centros de Navidad, reciclo cosas que tenia guardadas por casa y otras recogidas del campo
¿Me acompañáis?
Unas bandejas de cartón de algún rico dulce de pastelería que tenia guardadas, una tira de espumillón que he cortado en cuatro trozos a la medida de cada bandeja, unas piñas grandes que he cogido en el campo en mis paseos, y unas hojas que recogí porque me gustaron sin saber que hacer con ellas y que he decidido utilizar.
Y siguiendo con mis paseos también cogí piñas medianas y mas pequeñitas
Las mas pequeñitas un paquete de colores que compre a mis piratillas el año pasado y tenia guardadas.
Las hojas plateadas una rama guardada de ni se cuanto tiempo que apareció haciendo limpieza en esta casa y también otra verde con bolitas rojas.
y ahora empiezo a montar y jugar con lo que tengo y ver que mas añado...jejeje
Todo esta pegado con silicona caliente y todo tiene su destino
hoy os enseño el mío(el próximo jueves los otros tres) que aquí podéis ver algunos trozos y le he añadido unas estrellas que tenia, dos pajaritos que he comprado y unas ramas del pino azul que tengo en el jardín
He disfrutado mucho de cada momento y ya sea solos mi pareja y yo o con la familia es seguro que lo vamos a disfrutar a tope estas fiestas distintas a las de otros años
CUENTO DE NAVIDAD JUNTO CON VALORES En una pequeña ciudad había una sola tienda que vendía árboles de Navidad. Allí se podían encontrar árboles de todos los tamaños, formas y colores. El dueño de la tienda había organizado un concurso para premiar al arbolito más bonito y mejor decorado del año y lo mejor de todo es que sería el mismo San Nicolás quien iba a entregar el premio el día de Navidad. Todos los niños Felices junto a sus padres y amistades de la ciudad querían ser premiados por Santa y acudieron a la tienda a comprar su arbolito para decorarlo y poder concursar. todos enamorados de aquel árbol de navidad. Por su parte, los arbolitos se emocionaban mucho al ver a los niños y decididos a ser el elegido, les gritaban:¡A mí. . . a mí. . . mírame a mí¡ Cada vez que entraba un niño a la tienda era igual, los arbolitos comenzaban a esforzarse por llamar la atención y lograr ser escogidos. ¡A mí que soy grande!. . . ¡no, no a mí que soy gordito!. . . o ¡a mí que soy el mas chiquitito.
(Mary Carbajal)