Hay muchas formas de cambiar de color en una labor de ganchillo, incluso me atrevería a decir que cada persona tiene su manera, su truquito. Yo hoy os voy a contar la mía. Intentaré que sea fácil para que lo entendáis y lo podáis llevar a la práctica sin problemas.
Sobre todo debemos tratar de tener una labor limpia, sin nudos, bonita, para que quien la mire no sea capaz de saber dónde empieza y donde termina. Ese es el truco, que quien lo tenga en la mano diga: ¿pero cómo has hecho ésto?, aunque sea lo más sencillo del mundo.
Intentaré que éste sea vuestro resultado con la mayor sencillez posible.
Voy a explicaros el cambio de color en dos tipos de labores. Rectas, es decir, empezamos con unas cadenetas y vamos tejiendo por el derecho y el revés, de esta forma conseguimos que cualquiera de los dos lados sea válido para nuestro fin. Y también haremos cambio de color en una labor circular, que no redonda, aunque también nos valdría, es decir empezamos con unas cadenetas y unimos la última con la primera con un punto deslizado y a partir de ahí vamos haciendo vueltas siempre en el mismo sentido, con lo que tendremos derecho y revés, pero sin costuras. Con una labor recta podemos hacer una pieza circular, por supuesto, cosiendo los lados o uniéndolos de alguna forma, pero con la labor circular, aunque quizás es algo más pesada de trabajar, la terminación es excelente y yo la prefiero.
Asi que empezamos la explicación con nuestra labor en punto bajo recta, cambiando de color, sobre diez puntos.
Ante de empezar quisiera deciros que no importa el grosor de mi lana ni el número de ganchillo que yo muestre en las fotos. Debéis elegir vuestra lana con el grosor y color que más os guste y en base a eso trabajar con el ganchillo que el fabricante os señale en la etiqueta, medio punto arriba o abajo. Yo os recomiendo que empecéis con lanas gruesas y ganchillo con números altos, como el mío que es del número 6, pero no hace falta que compréis nada, se trata de practicar como ya os he dicho en otras entradas, de que el punto bajo os quede uniforme y de que las uniones y cambios de colores pasen lo más desapercibido posibles.
Hacemos un primer punto, como siempre, que nos sirve de principio de la labor, apretando fuerte y como ya sabéis no se cuenta. A partir de este nudo contamos diez cadenetas que haremos del color elegido, y una más para la subida para poder empezar la vuelta número dos y hacemos los diez puntos bajos, como ya hemos explicado en entradas anteriores.
Ya tenemos dos vueltas, aunque la primera sea de cadenetas, por lo tanto haremos el cambio de color en la vuelta número tres. Cogemos la lana de otro color y hacemos un punto de cadeneta al aire, apretamos fuerte el último punto de la segunda vuelta del primer color y damos la vuelta a la labor para empezar la tercera vuelta con el segundo color elegido, empezando como siempre en el primer agujerito de separación que veamos entre el punto número diez y el nueve de la segunda vuelta. Con este primer punto ya empezamos a hacer desaparecer, sin nudos, el primer color, para lo que simplemente colocaremos la lana encima del final de la labor de la segunda vuelta.
Así explicado quizás pueda parecer un poco complicado, pero se trata de ir haciendo los puntos con la lana que queremos cortar encima de nuestra labor. De esta forma cuando hayamos hecho tres o cuatro puntos podremos cortar la hebra y seguir hasta el final de la vuelta. Pero como yo he hecho en esta muestra, aunque sólo lo recomiendo para labores pequeñas porque se gasta mucha lana, también lo podemos llevar hasta el final y sin cortar cuando llegamos al punto número diez, cambiamos de lana hacemos la cadeneta al aire con el color que hemos ido arrastrando, damos la vuelta a la labor y empezamos la vuelta número cuatro con el color anterior.
Podemos cambiar de color cada vuelta, cada dos, cada tres, es decir, cada vez que queramos, simplemente hacer una línea en una labor de otro color. Es muy sencillo, practicar un poco con dos colores y pronto podréis combinar tantos colores como os apetezca sin un remate ni un nudo. Queda un trabajo muy bien terminado.
así queda cuando no cortamos la hebra para ir cambiando de
color, pero solo nos vale para unir este lado a otra labor
así queda el trabajo cortando e introduciendo la hebra en
la labor
rematamos con un nudo e introducimos la hebra final entre
la labor asegurándola bien para que no se deshaga
Para hacer una labor circular debemos empezar nuestro trabajo como siempre con un nudo y unas cadenetas. En este caso he hecho 20 para la muestra. Aquí no tenemos que hacer una más para subir.
Después simplemente tenemos que cerrar y lo haremos con un punto deslizado uniendo el punto número 20 al número 1. Yo prefiero introducir la aguja en la parte baja del punto teniendo la precaución de colocar la labor del derecho para que no se retuerza. Es decir, como las cadenetas parecen eslabones, en la parte inferior del eslabón. Apretamos con fuerza para que quede bien unido y hacemos una cadeneta al aire para subir a la siguiente vuelta, la número 2.
Este trabajo se hace girando siempre en la misma dirección, no dándole la vuelta a la labor como en el anterior. Debéis contar, sobre todo los más novatos, para que siempre tengáis 20 puntos. Debéis empezar siempre por el primer agujerito entre el punto bajo número 20 y el número 1, así no habrá dudas. Por eso os digo que empecéis con lanas más gorditas, porque se aprecia con más claridad dónde debemos introducir nuestro ganchillo.
Hacemos 20 puntos bajos y unimos de nuevo con un punto deslizado. En esta ocasión os recomiendo que metáis la aguja en la parte superior del punto poque así, creo, la unión se nota menos. Por si no lo recordáis se trata de introducir el ganchillo en el siguiente punto y arrastrar pasando por el que tenemos en la aguja, sacando la hebra de una sóla vez. Tiramos con fuerza para que la unión no se note.
Y hacemos el cambio de color, haciendo una cadeneta al aire con el segundo color elegido. Y haremos lo mismo que en la labor lisa, iremos apoyando la hebra del primer color sobre la labor, trabajando tres o cuatro puntos con ella. Cortamos y seguimos hasta completar los 20 puntos bajos. Cerramos con un punto deslizado fuerte, cambiamos de color, hacemos una cadeneta al aire y volvemos a empezar.
Podemos cambiar de color tantas veces como queramos, con la periodicidad que más nos guste. No se nota absolutamente nada y queda muy bonito el trabajo.
Hay muchos pequeñas cosas que podéis hacer con estas dos sencillas opciones como cojines, fundas de móviles, fundas para botes o botellas... Ir probando y haciendo cambios para que cuando vayamos a hacer trabajos más complejos tengáis la técnica muy perfeccionada.