Ya estamos en diciembre otra vez, lo cual quiere decir que en breve estaremos en verano otra vez...¿no?
En cualquier caso hoy traigo un calendario de adviento hecho con cápsulas de cupcake o magdalena, como le queráis llamar. Las navidades pasadas hice uno con el cartón del papel de váter, pero no sé si está visible después de pasarse un año en el trastero...
He recuperado una foto del año pasado, aquí está un trocito de mi calendario de cartón y purpurina.
Para hacer éste necesitamos lo siguiente:
24 cápsulas de magdalena navideñas de cartón fuerte (las cápsulas normales no sirven).
cuerda o hilo grueso de colores (a toro pasado me he dado cuenta de que es mejor comprar cinta que con el hilo queda un poco enclenque).
pinzas de madera de colgar la ropa.
Spray o pintura plateada/metalizada para pintar las pinzas.
Cuerda blanca o a vuestro gusto para colgar las cápsulas.
Mural de corcho o si tenéis donde colgar la cuerda no hace falta.
Stickers, pegatinas, fieltro para decorar el mural (opcional).
Gomets o pegatinas redondas blancas donde escribiremos los números.
Chinchetas para agarrar el fieltro al mural.
Dulces y chocolatinas.
Primero de todo puse la cuerda en las cápsulas y la pegué con celo. Después numeré los gomets con un rotulador plateado y los pegué a las cápsulas.
Pinté las pinzas con spray dejé que secaran bien.
Como no tenía donde colgar la cuerda (donde agarrarla), se me ocurrió reciclar un tablero de corcho que tenía guardado en el trastero y como el corcho no es muy bonico que digamos, lo tapé con fieltro de diferentes colores y lo decoré con pegatinas. Hice 3 hileras o filas para mis cápsulas y las colgué; con las pinzas. Aquí ya me di cuenta de que el hilo es poco para la pinza, que la cápsula baila mucho, jolinnnnnnnnnnnnnnn, pues así se queda, que no me sobra el tiempo.
Primera idea...que no la definitiva, of course...
De estas cosas siempre se aprende, es lo bueno, y además, también sirve para compartirlo con los demás, o sea, que no pasa nada.
Hice variaciones con la decoración del corcho hasta que me quedé satisfecha (esta frase al final la voy a patentar, hashtagear o lo que sea, pero es mía).
Los niños me decían que parecía la bandera de Italia...
Bueno, teniendo en cuenta que las cápsulas ya bailaban vacías, imaginaros cuando puse los dulces dentro...jajaja, aquello fue un descontrol total, cada cápsula mirando para un lado diferente...acordaros, mejor cinta y bien pegada a la cápsula. Tampoco se os ocurra poner un cono de chuches dentro de cada una, si no una tontería. Yo, además, imprimo unas notas, pruebas o como le queráis llamar y las escondo dentro de algunas cápsulas, a los niños les encanta. ¿De qué tipo? Pues del tipo: "Ayuda a poner la mesa", "Recita un poema en francés", "Canta un villancico en catalán", "Ayuda a alguien que lo necesite" y cosas así.
Pues este es el resultado; muy cuqui. Es súper fácil de hacer, ¡animaros que aún estáis a tiempo!