El planteamiento de esta lana es bastante simple. Una hebra larga de hilo amarillo te indica el punto exacto en el que debes empezar tus calcetines. El hilo cambia de color cada vez que empieza un nuevo tramo de la labor. En mi caso mi calcetín empezaba con un color azul para el elástico, y la caña terminaba con cuatro lineas de colores diferentes, dando paso al talón.
He aquí mis calcetines terminados, que han salido prácticamente iguales. Decidí tejer una talla 45 para intentar sacarle el máximo partido a mi ovillo, y para tener contento a mi chico. La lana es de una calidad deliciosa, pero siendo de Regia lo raro sería que no lo fuera. Si he de ponerle alguna pega sería que la caña salió más larga de lo que me suele gustar, pero es solo una cuestión de gustos. Ahora me gustaría probar a tejer unos calcetines desde la puntera.