Comenzamos abriendo la revista por el medio y extendiéndola, así conseguimos tiras más largas. Marcamos la mitad en horizontal con una regla bien larga, retiramos las grapas y con ayuda de un cúter vamos cortando varias páginas a la vez.
Después hacemos finos rollitos ayudándonos por ej de dos palillos de brocheta y untando todo el borde del papel con cola blanca para que quede bien sellado. Al terminar de enrollar, rodamos un poco y extraemos los palillos.
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Una vez secos serán la base de nuestro trabajo. Cogemos uno, lo aplastamos en toda su longitud para hacerlo más moldeable, lo cubrimos por un lado con cola blanca de secado rápido y hacemos con él una espiral bien prieta.?
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Inmediatamente y para darle la forma de esfera presionamos la espiral sobre una bola de plástico consistente (como veis, yo empleé de nuevo bolas recicladas de envases roll-on de dos tamaños diferentes, así aunque se manchan con cola no importa, además la cola se puede lavar rápido y se desprende).
Retiramos la pieza y la dejamos secar un poco sujetando el extremo con una pinza para que adhiera mejor. Se trabajan las dos medias esferas por separado.
Para darle más consistencia y asegurar que todo quedaba bien pegado encolamos de nuevo todo por dentro.
Si las vamos a colgar no podemos olvidarnos de enhebrar un cordón en este momento, antes de cerrarlas. Con una aguja de lana, lo introducimos por uno de los extremos, hacia afuera y hacia dentro de nuevo y anudamos para asegurar.
Después pegamos ambas piezas intentando adaptarlas de la forma que mejor encajen los relieves.
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Se podrían dejar tal cual, dándoles brillo, o completar la faena pincel en mano, pinturas acrílicas y barniz en spray como en mi caso.
(la idea del corcho y los palillos es para evitar dedazos indiscretos mientras pintamos, que boicotearían todo el esfuerzo previo).