Colaboradora súper de lujo hoy!
Emocionada que estoy de poder contar con Ana del blog Ana López Gullón. Una increíble artista, mi artista favorita he de decir, dibuja, pinta, modela, decora, esculpe y..hasta cocina y cría a sus niños ! Toda una mujer del renacimiento ?
Es su primer tutorial y estoy encantada de que me haya permitido compartirlo con vosotras, espero que os guste tanto, tantísimo como a mi!
Hace unos días Cenicienta y yo nos pusimos manos a la obra: Objetivo...?The mortal Instruments? y las runas de los nefilins.
La cosa fue bien, tanto que me he animado a auto-invitarme al Tocador y colgar un DIY. En que líos me meto...¡¡ un tutorial con la mitad de las fotos del proceso desenfocadas!!!.
Empecemos :
Materiales: Dibujo de una Runa. Alambre plano color plata. Fimo negro. Alicates. Horno ( bandeja y polvos de talco o harina) Dremel o similar, y en su defecto lija. Alambre para la argolla del colgante. Loctite.
Paso a Paso: Lo primero e indispensable , necesitarás el dibujo de una runa al tamaño que desees el colgante.
El siguiente paso consistirá en modelar el alambre dibujando la silueta. Te aconsejo comenzar en un punto en el que haya un ángulo, de esta manera disimularas la unión entre el comienzo y el fin del metal.
Lo más difícil son los giros y evitar que se rompa el metal. Extrema el cuidado....como digo yo, hazlo con cariño.
Harás lo mismo con los espacios huecos que pueda tener la figura por dentro. (Parece que he ido a elegir la más complicada).
Extiende el fimo en una superficie suficientemente amplia para que nos quepa la figura, procurando que el grosor sea lo más ajustado posible a la altura del metal.
Hunde la silueta metálica en el fimo.
Coloca luego las formas del interior
Con la ayuda de una herramienta elimina el fimo sobrante dejando la figura lo más limpia posible. ( no como en la foto, que parece un despropósito ).
Despega la runa de la superficie de trabajo con ayuda de la hoja de un cutter
si ves que aún se puede limpiar más el conjunto, no dejes de hacerlo, cuanto más perfecto vaya al horno menos tendrás que trabajar luego.
Lo más difícil va a ser que la figura quede plana, que no se combe o retuerza ligeramente en algunos puntos. Si el asunto se complica y el fimo esta demasiado blando lo mejor es hacer un descanso y meterlo un rato en la nevera para que se endurezca. Tic tac, tic tac... y al horno sus 30 minutos.
Tras el horneado, ahora toca ponerlo bonito, mimar metal y fimo....Pulir y dar esplendor.
Lo primero que harás será eliminar el fimo que haya rebosado y pueda tapar el metal en algunos puntos.( como ocurre aquí:
Yo utilicé el minitaladro, empleé una cabeza plana de amolar.
la coloqué perpendicular a la pieza y lije la superficie ( fimo y metal) dejándola plana, así:
Para eliminar los posibles pizcos de fimo pegados al metal por los cantos exteriores lo mejor que encontré fue la muela de diamante
y para sacar el brillo que perdió al rayarse con la muela , fue de vicio esta otra cabeza de caucho azul, una maravilla.
Ahora toca pulir al fimo...¡¡¡Un desastre, no hay herramienta perfecta!!!. Lo más resultón de entre los accesorios del minitaladro son los discos de fieltro blanco o discos para pulir.
Por último, sólo tendrás que realizar con la broca un pequeño agujero para introducir la argolla que te permitirá convertir la runa en colgante. ¡ Una gota de loctite y listo!.
Creo que Cenicienta vende runas en su página de Artesanum , por si algún adolescente en la familia tiene un antojo.
Bicos y gracias Cenicienta por colgarme y por soportar el paso a paso.
Nooooooo, gracias a ti por esta maravilla de tutorial! Menudo resultado final!
(Ah, y si queréis ver a uno de sus niños, no dejéis de verle aqui en actitud relajada tirado a la bartola en el sofá.)
Y por cierto, si no sabéis de qué estamos hablando os dejo con el trailer de la peli, (ya que no puedo dejaros los libros!)
A tod@s los que os apetezca formar parte de esta aventura, si os apetece colaborar , podéis mandarme un correo a eltocadordecenicienta@gmail.com. o dejarme un mensaje en twitter, en facebook o en G+ ?
Fuente: este post proviene de El tocador de cenicienta, donde puedes consultar el contenido original.
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