Parece que internet me tiene manía u algo y por eso no me deja publicar la mitad de los días cuando me toca, en fin.
Hoy os voy a enseñar una colaboración entre mi madre y yo -sí, mi madre es una artistaza-. Lo que hicimos fue una silla para Daniel, mi sobrino, que cumplió ayer un añito.
En Andalucía son muy típicas este tipo de sillas y su estilo típico puede verse generalmente en las ferias. Sin embargo, queríamos que fuera más alegre, infantil y divertida.
Mi madre se encargó del trabajo duro: lijarla, pintarla, volver a lijar... quién haya pintado madera antes conocerá el proceso. Y aquí, la piezera principal, se encargó del "trabajo de chinos" como dice mi madre, de los detalles.
Todos los detalles están pintados a mano alzada. Me gusta ese toque más naif, más imperfecto que le da el hacerlo sin moldes ni nada; para mí, queda más auténtico.
Probablemente Daniel al principio no use mucho la silla para sentarse; mis otros sobrinos que tienen una cada uno, la utilizaban a modo de carrito... Cosas de niños.
Me gusta mucho la combinación de colores y como queda el conjunto, ¿y a vosotros?
Os recuerdo además que hoy es el último día para participar en el sorteo de nuestro facebook.
PD: Para las que tenéis interés en el progreso de mi proyecto lanero, os cuento; después de hacer más de diez vueltas con el punto de arroz, decidí quitar tooodos los puntos, comprarme una lana peor, unas agujas más finas y empezar a practicar. Por ahora, hay progresos. Ya os enseñaré como voy por instagram :D
Recordad que los blogs se nutren de comentarios... Dadle de comer :)