La habitación que os muestro hoy es uno de esos dormitorios. Los tonos neutros no terminan de indicarte si es más femenina o masculina, tan solo mínimos detalles como el tutú que cuelga de una de las paredes y el cuadro de la muñeca hacen pensar que sea una pequeña la que disfruta de este espacio cuyos increíbles ventanales permiten una maravillosa iluminación natural y en la que un tipi acapara todas las miradas.
El armario, a pesar de no ser empotrado, se funde prácticamente con la pared al ser del mismo color. Muy buena idea me parece también el añadir el mueble en color madera que en un principio no se nos ocurriría colocar en la habitación pero que queda perfecto para guardar todos esos libros que la niña podrá leer cómodamente en el sillón giratorio (otro mueble que tampoco elegiríamos como primera opción para el cuarto).
Bajo los preciosos ventanales, cajas de madera y cestos para guardar los juguetes.
Completan la decoración la ya archifamosa cama de hierro forjado de Ikea que mi hija mayor (y la mitad de la población mundial...) tiene en blanco y una mesa y silla tamaño infantil.
Una habitación preciosa que a pesar de contar con un marcado carácter neutro no pierde un ápice de personalidad.
¿Qué os parece? ¿utilizaríais este tipo de decoración para vuestros peques?
Imágenes: Fastighetsmaklarna vía Planete Deco.