Lo primero que llama la atención de esta habitación infantil es el mural de flores que adorna una de sus paredes, que no está pintado sino que forma parte de un mural de papel. Sin duda la forma más rápida y fácil de conseguir este bonito efecto.
La elección de los muebles como el biombo en un potente tono verde turquesa y la cuna con maderas en distintos acabados añade varios puntos focales a la estancia.
Detalles como la trasera de una pequeña estantería de metacrilaro en tono naranja fuerte y la pantalla de la lámpara con el motivo floral le dan continuidad al mural en otros elementos de la habitación.
Todo el protagonismo se lo lleva esa pared, permaneciendo el resto de la estancia con un fondo completamente blanco, incluido el suelo y buena parte de los muebles.
En otra de las paredes destaca un conjunto de espejos de distinto tamaño con marcos variados que añaden el toque de color.
Un tipi, una estrella con luces y varias láminas completan la decoración de este dormitorio femenino que no necesitará de muchos retoques a medida que la pequeña vaya creciendo.
A mí, que soy una amante de los papeles de pared, esta propuesta me encanta ¿qué os parece? ¿os atreveríais con una pared así?
Imágenes: Ministyle.