Pero como una vez al año no hace daño hoy os muestro esta habitación que pertenece a un pequeño de 4 años. Basa su decoración en tonos grises y maderas. La mezcla en sí queda perfecta, pero si además le añadimos unas cuantas pinceladas en naranja, mucho mejor.
En principio el gris puede parecer un color muy serio para un cuarto infantil, pero como siempre el secreto está en los complementos.
Y la gran ventaja es que cuando el niño vaya creciendo, solo tendremos que ir cambiando los juguetes por libros/equipos de música/etc y la habitación irá creciendo con él sin tener que repintar o cambiar muebles.
¿Qué os parece? ¿pintaríais de gris o lo veis un color demasiado "adulto"?
Imágenes: Happy Living.