Hoy te quiero enseñar una caja que acabo de terminar... Se trata de una caja de vino que me dio mi suegro y que ha estado varios años en el tendedero de casa a la espera de que me entraran ganas de decorarla.
Y es que las cajas de vino dan mucho juego...
Y la semana pasada, necesitaba desestresarme sacando el gesso (las dos capas de siempre) y decorándola. En un principio pensé en aplicarle transfers (pincha en este enlace si quieres ver cómo hacer transfers con cola), pero según buscaba imágenes, me entraron ganas de hacer una caja loca, con imágenes Tilda.
Así que busqué papeles Tilda que imprimí, y hojas de scrapbooking que coordinaran, y me puse a la labor.
Para los bordes troquelados, conté con la ayuda de la Cameo:
El interior, va forrado con papeles estampados, que seleccioné entre aquellos que sé que son poco usables a la hora de hacer mini-álbumes...
Y los laterales, sin moderación:
Sellos y bordes troquelados...
Utilizando tintas en los bordes para darle profundidad...
Etiquetas a las que le hice su correspondiente agujero y puse el protector teñido de fucsia...
¡Me encantan los colores!
Y los sellos, que parecen de otros tiempos...
Combinando sin miedo, colocando las distintas blondas teñidas por los bordes...
Porque el Universo Tilda me relaja, me hace olvidar la seriedad de los días...
Aquí, una imagen aplicada con transfer, pero nada más hacerla, me dí cuenta de que la caja quedaría demasiado plana, ¿verdad?
Y en la tapa, sobre la imagen de fondo, otra etiqueta, para "saturar" un poco...
Y así, entre tijeras y papeles, se esfumó el estres, las preocupaciones dijeron adiós, y tengo una caja ideal para guardar... No sé lo que guardaré. pero luce bien bonita en mi rincón de trabajo.
Y tú, ¿qué es lo que te quita el estres?
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