La cuestión es que por mi cabeza pasaron mil opciones, fue como una tormenta de ideas conmigo misma, algo que no está nada mal. Pero nada me convencía, pensaba, ¿te gustará? hasta que caí en que desde hace mucho tiempo tenía una alfombrilla de ratón que daba mucha vergüenza. Estaba estropeada y sucia. La había hecho yo misma hace años y, aunque la había querido jubilar, esos simpáticos señores de Ikea decidieron sacar de stock estas alfombrillas maravillosas. ¿Solución? Voy a darle un lavadito de cara, que es lo que pega para no tener que tirarla. Aquí tienes mi alfombrilla cuando aún era bonita.
¿Qué podría hacerle? Me daba miedo hacer un bloque de patchwork porque dado el día que llevaba, lo más seguro es que después el ratón no respondiera por tanta costura. Así que pensé, ¿y por qué no pongo un mostacho? Siempre me han encantado y para decoración queda genial. Además te había prometido que usaría la misma técnica que te enseñé ayer en el portarretratos del amor, y que también había empleado en mi súper gato y en mi ovejita; por lo que decidí hacerlo así, pero en esta ocasión no tiene el mismo efecto que en todos los ejemplos. Ahora verás por qué.
En la búsqueda de las telas perfectas, de fondo usé la misma que empleé ayer en el corazón, ¡me encanta! y como el mostacho sería irremediablemente negro, con el rojo de fondo queda espectacular. Son mis dos colores preferidos así que no admito mucha discusión en ésto ¡Es broma! El turquesa también me encanta y hubiese quedado igual de bien, pero quería buscar un color sufrido para que no terminara igual de sucia que la anterior alfombrilla.
Como ves en la foto, lo primero es ponerle la flixelina a nuestro mostacho para luego coserlo a la tela de fondo. A estas alturas estarás pensando: “estas aplicaciones se cosen en negro para que se vea el contraste, ¿las coserá en blanco?”. Y la respuesta es no, pero ha sido elección propia y por una cuestión de ‘higiene visual’. Dirás que estoy obsesionada con la limpieza, pero es que me imagino después de varios meses de uso, ese hilo cada vez más oscuro. ¡Horror! Prefiero ponerlo en negro y al menos disimulará un poco. Aunque creo que me atreveré a lavarla, ya que la anterior estaba pegada pero ésta está cosida.
El siguiente paso fue pegar el resultado en mi alfombrilla para lo que utilicé pegamento de tela. Pero necesitaba sujetarlo más para que no se despegara y pensé en ponerle piquillo alrededor pero quedaba muy raro, así que se me iluminó la bombilla y me di cuenta que podría ponerle una cinta al bies. Aunque en redondo nunca la había puesto.
En esta ocasión la empecé a coser por la trasera, asegurándome de que en todo momento coincidiera el borde de la alfombrilla con el borde de la cinta que acababa de hacer. ¿Cómo hice la unión del bies? Siento no haber hecho foto pero tienes que llegar a unirlas sin que se superpongan y dejar un sobrante en cada una de ellas, unos dos centímetros. Y lo coses entre sí de arriba a abajo, de tal forma que luego puedas dejar las costuras abiertas y poder girar la cinta hacia el derecho de la alfombrilla. Si no lo entiendes por favor dímelo que hago un tutorial solo de eso.
Una vez das la vuelta del bies trata de colocarlo bien para que tenga el mismo ancho en toda la circunferencia. Y ya solo tienes que coser todo alrededor por el borde. ¡Y ya lo tienes! ¡No me digas que no está genial!
Si vas a utilizar una alfombrilla como la mía, cose despacito para que la máquina no sufra, aunque es bastante blanda. Recuerda que la aplicación tienes que hacerla con una puntada muy corta y en el caso del bies, preferí hacerlo con una puntada mucho más larga para que la máquina no lo pasara muy mal. ¡Sufro tanto como ella cuando le cuesta coser!
Ya ves que en un ratito hice un trabajito la mar de chulo, muy apañado y casi sin gastar en materiales; además de hacer algo diferente que tampoco viene nada mal. Tanto cuadro y tanta casa a veces cansa, ¿no?
Espero que te haya gustado la entrada de hoy y te animo a que hagas tu propia alfombrilla porque será única, como todo lo que sale de las manos y la cabecita personas como nosotras, a las que nos gusta crear. ¡Si es que además de entretenernos hacemos cosas tan bonitas como éstas!
¿Tienes algún proyecto en mente desde hace tiempo como me pasó con esta alfombrilla y no te animas a hacerlo? Cuéntanos qué te gustaría hacer y qué es eso que se te resiste. Nos encantará leerte.
Nos leemos muy pronto.
¡Besos costureriles!
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